Dos nuevas manifestaciones se vivieron este jueves en la capital tachirense, cuando estudiantes del Instituto Politécnico Santiago Mariño y de la Universidad Católica del Táchira, Ucat, en la avenida Libertador y Barrio Obrero, respectivamente, salieron a la calle para protestar por el asesinato de la joven Bárbara Vivas, asesinada a puñaladas, publica La Nación.
Sin embargo, ambas manifestaciones de calle tuvieron caras opuestas. En una privó el diálogo, la comprensión y el sentimiento que embarga al Táchira por la terrible muerte que sufrió la alumna del octavo semestre de Arquitectura; mientras que en la otra, en la Ucat, hubo una verdadera batalla campal, a juicio de los estudiantes, originada por arbitrariedades de efectivos de la Policía Nacional Bolivariana.
Es ésta última, al menos 20 estudiantes resultaron heridos por perdigonazos y piedras, además un sinnúmero de afectados por bombas lacrimógenas, durante los fuertes enfrentamientos con los uniformados. Allí, mientras cumplía su trabajo, el periodista Gonzalo Ruiz, corresponsal en Táchira de NTN24, fue detenido sin ninguna razón y retenido por unos 20 minutos, a la entrada de Residencia de Gobernadores, adonde lo trasladaron los policías.
“Acuerdo de caballeros” en el Santiago Mariño
Desde las 10 de la mañana hasta poco después del mediodía, previo acuerdo con la Policía Nacional Bolivariana, PNB, un grupo de estudiantes del Instituto Politécnico Santiago Mariño, salió de ese recinto universitario para tomar la calle y protestar por el atroz crimen de su compañera Bárbara, de 21 años de edad.
Los estudiantes trancaron con cauchos y bolsas de basura ambos canales, frente a la universidad en la avenida Libertador, permitiendo solo el paso de motociclistas; lo que provocó que un piquete de la PNB acudiera hasta allá para disolver la protesta.
Pero como pocas veces se ha visto, el funcionario al mando de la comisión policial, identificado como el oficial José Ramírez, antes de arremeter contra los estudiantes se tomó su tiempo para, desarmado y a pie, acercarse a ellos y dialogar. Y esta acción fue valorada por los estudiantes.
Les explicó a los jóvenes que podían protestar, que eran libres de hacerlo, siempre y cuando no trancaran la vía porque de lo contrario, como autoridad, se vería en la obligación de actuar y dispersar la manifestación.
De la misma manera, en el marco del respeto, los muchachos le refutaron su punto. Entre otras, el por qué si en las adyacencias de la Residencia de Gobernadores la policía mantenía trancadas las calles, ellos no tenían derecho a hacerlo; por qué solo unos tienen derechos y otros no, “si todos somos venezolanos, la ley es para todos”, le preguntaban al policía, que en silencio les escuchaba.
Le aseguraron también que la razón de la protesta, el crimen de la compañera, era suficientemente grande como hacer lo que estaban haciendo y que no abandonarían la calle hasta que no se haga justicia, además que estaban permitiendo el paso vehicular de manera intermitente.
Tras una serie de alegatos entre ambas partes, llegó el momento en que uno de los estudiantes le dijo al policía “póngase en los zapatos de los padres de Bárbara, acaso usted no haría lo mismo”, lo cual pareció hacer reflexionar al funcionario.
Seguidamente los estudiantes le propusieron un acuerdo. Se mantendrían allí, con las vías trancadas pero de manera pacífica, sin quemar cauchos o alterar el orden público, pero exigiendo justicia por el asesinato de Bárbara, hasta las 12 del día o un poco después, y que luego se retirarían.
Y así se hizo, se llegó a un acuerdo de caballeros. El piquete policial se mantuvo a cierta distancia de los estudiantes; que no descartan para hoy protesten de la misma manera hasta ser escuchados. Pues dejaron claro que cada vez que movimiento estudiantil sienta la necesidad de tomar la calle por una razón específica, lo hará.
“Hoy 3 de julio salimos a la calle de manera pacífica para expresar nuestro disgusto y rechazo por la muerte de nuestra compañera brutalmente asesinada en Loma del Viento. Nos sentimos indignados ante este hecho tan brutal, imperdonable. Queremos que todos sepan que estamos en total rechazo a la violencia y que rechazamos la muerte de nuestra compañera. El oficial Ramírez, de la PNB, se nos acercó y habló con nosotros de manera respetuosa, y acordamos que de 10 a 12 se trancará la vía, y luego se dará paso libre, porque queremos demostrar que no somos violentos, que somos estudiantes que protestamos por situaciones que nos afectan a todos los venezolano”, declaró Emilio Pérez, estudiante de Ingeniería Civil en el Santiago Mariño.
Vale acotar que los estudiantes universitarios se deslindaron completamente de alumnos de la ETI que ayer pretendían sumarse a la protesta, y pidieron al oficial policial mantenerlos a raya, a fin de evitar que la manifestación tomara otro tinte distinto al pacífico, lo cual fue avalado por el funcionario.
Lo opuesto ocurrió en la Ucat
Según los estudiantes de la Ucat, que por la misma razón salieron a protestar, la arremetida de la PNB “fue como siempre ocurre, sin previo aviso”.
En la jornada de este jueves, una de las más fuertes de los últimos días, los manifestantes fueron atacados con gases lacrimógenos, piedras y perdigones; incluso los PNB llegaron por la carrera 14 hasta la universidad y lanzaron las bombas hacia el interior de las instalaciones, a través de las ventanas, cuyos vidrios partieron.
“Queremos justicia por la muerte de Bárbara. Necesitamos la misma justicia expres o expedita que hay para secuestrar estudiantes, meterlos presos y juzgarlos, así mismo queremos que caigan los delincuentes que la asesinaron. Hoy iniciamos a las 9 de la mañana, pacíficamente, con pancartas. Estábamos esperando que llegaran los medios de comunicación a cubrir la actividad, cuando de repente llegaron los policías y comenzaron a agredirnos de manera arbitraria. Luego de eso, sí colocamos barricadas y empezaron los enfrentamientos. Hasta el momento hay entre 25 a 30 compañeros heridos a perdigonazos, de piedras que devuelven los policías, y hay uno al que se le incrustó una bomba lacrimógena en el pie; lo tenemos en Primeros Auxilios”, explicó uno de los protestantes de la Ucat.
Retenido por segunda vez el periodista Gonzalo Ruiz
Nuevamente, de manera violenta y abusiva, el periodista Gonzalo Ruíz, corresponsal de NTN24, fue retenido por unos 20 minutos en la casilla de la Residencia de Gobernadores, luego de ser detenido cerca de la UCAT, donde cubría los enfrentamientos.
Una vez fue liberado, que le entregaron su equipo de trabajo y credencial de prensa, Gonzalo contó lo ocurrido. Dijo entre otras cosas que pese a estar plenamente identificado como “Prensa”, tanto con su carnet, en chaleco antibalas y el casco que usaba, fue golpeado, luego aprehendido por un funcionario de apellido García, que en una motocicleta lo envió a la Residencia, donde lo mantuvieron, aunque no oficialmente “detenido”, si estuvo retenido.
“Estaba cubriendo la protesta, los policías llegaron a lanzar bombas, a disparar perdigones y este ataque fue respondido por los estudiantes, con piedras y bombas molotov. Tuve que moverme unos 20 metros para refugiarme y seguir grabando cuando llegaron dos funcionarios que, pese a identificarme, y explicarle mis derechos como periodista, me golpearon, y uno me arrancó el carnet, supuestamente dizque para verificar que si era periodista. También me quitaron la cámara y el chaleco”.
Añadió que mientras estuvo retenido, minutos después le regresaron su equipo de trabajo, y posteriormente, el mismo que le arrancó el carnet, se lo regresó argumentando “es que el carnet se le había caído”.
Dijo que afortunadamente quedó libre, “pero los enfrentamientos siguen. Regresaré allá y seguiré trabajando”, dijo el joven periodista, que mientras duró este impasse dejó encendida su cámara, donde habría quedado grabada esta nueva agresión de la que fue víctima. Pues el pasado 28 de mayo, también de manera brutal, efectivos de Politáchira lo detuvieron mientras cubría otra protesta. (MB)
Miriam Bustos