El Costa Concordia, el crucero siniestrado en 2012 frente a la isla italiana del Giglio, comenzará a ser reflotado este lunes, si las condiciones meteorológicas lo permiten, para proceder posteriormente a su remolque hasta Génova, donde será definitivamente desmantelado.
Esta decisión de las autoridades implicadas en las operaciones de la nave se hizo pública el sábado en un comunicado emitido por Protección Civil tras una reunión celebrada en su sede de Roma.
Las operaciones de reflote durarán entre seis y siete días y supondrán la penúltima etapa de un faraónico proyecto destinado a desencallar, enderezar, reflotar y desguazar la embarcación, cuyo naufragio provocó la muerte de 32 de las 4.229 personas que viajaban a bordo y cuyos restos permanecen aún frente a las costas de la isla toscana.
Según un comunicado de la compañía Costa Cruceros, la culminación del reflote y la fecha de partida de la nave hacia Génova será el próximo 21 de julio, dependiendo del desarrollo de las labores.
Las operaciones comenzarán a las 06.00 hora local (04.00 GMT) de este lunes, y la primera fase prevé que la embarcación se desprenda de las plataformas artificiales submarinas en las que permanece apoyada para ser reflotar dos metros más por encima de la línea de agua, agregó la nota.
Posteriormente será traslada 30 metros mar adentro en dirección este con ayuda de los remolcadores tras lo cual será atracada para que los técnicos puedan completar algunas operaciones, como la tensión de algunos cables y cadenas para su traslado definitivo.
Las operaciones de recuperación de la zona y de tratamiento de los restos comenzaron el mismo mes del naufragio, en enero de 2012.
Tras la tragedia, la nave quedó inclinada sobre los escollos de la costa del Giglio, por lo que el primer paso, tras la revisión de la nave y la recogida de su carburante, fue el de enderezarla.
Este paso se produjo en septiembre del pasado año con una operación sin precedentes, conocida con el nombre técnico “parbuckling”, con la que se giró la nave 65 grados para colocarla, de nuevo, en posición vertical.
La siguiente etapa fue la de la implantación de una serie de cámaras llenas de agua a ambos lados del casco que actúan a modo de flotadores y que, gracias a un sistema neumático, se vaciarán para impulsar el coloso y mantenerlo a flote.
Tras su completo reflote será trasladada a la ciudad de Génova para su desmantelamiento, tal y como anunció el propio primer ministro de Italia, Matteo Renzi, el pasado 30 de junio.
De este modo y ayudada por varios remolcadores, la embarcación recorrerá 200 millas náuticas (370 kilómetros) a una velocidad de dos nudos (3,7 kilómetros por hora).
Esta tragedia en aguas del mar Tirreno ocurrió el 13 de enero de 2012, después de que el capitán de la nave, Francesco Schettino, decidiera acercarse a la costa de la isla, impactando con un escollo que rompió el casco de la embarcación, haciéndola naufragar.
Schettino actualmente afronta un proceso judicial en el que se le acusa de homicidio culposo múltiple, abandono de la nave, naufragio y no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión contra un escollo que provocó el naufragio. EFE