Espero que lo estén tratando bien allá en Aruba. Confío en que las autoridades holandesas hayan procurado una buena celda para usted, y estoy seguro de que no lo han maltratado, ni vejado, ni golpeado tal como lo hicieron ayer con Leopoldo López, Enzo Scarano y Daniel Ceballos los esbirros que fungen de custodios en la Cárcel de Ramo Verde.
Sr. General: desde el miércoles en horas de la noche, cuando nos llegó la noticia de que a usted lo habían detenido allá en Aruba, con tres pasaportes, uno de ellos diplomático, veinte mil dólares americanos y no sé cuantas vainas más, quedé bastante sorprendido. Uno no puede creer que una persona que estuvo al frente de los denominados “servicios de inteligencia”, se haya dejado atrapar tan fácilmente.
Usted me va a disculpar, pero pretender entrar a otro país, con tres pasaportes distintos, en un avión privado, y con siete cupos Cadivi en efectivo, sabiendo que a uno lo están buscando las autoridades de la primera potencia militar del mundo, para acusarlo de haber ayudado a grupos narcotraficantes y organizaciones guerrilleras, no parece ser una actitud muy inteligente.
¿Usted de verdad pensó que teniendo un cargo como Cónsul en una isla caribeña se iba a salvar del largo brazo de la justicia internacional? ¿No le explicaron sus asesores, que una vaina es tener un pasaporte diplomático y otra cosa muy distinta es gozar de inmunidad diplomática?
Sr. General: tengo la leve impresión de que a usted lo engañaron sus buenos amigos dentro del gobierno de Nicolás Maduro. Algo me dice que su designación como Cónsul en Aruba no fue un premio de consolación, ni un reconocimiento a sus años de servicio. Todo lo contrario: creo que su nombramiento en un cargo diplomático de segunda categoría se hizo con toda la intención de que a usted lo jodieran los norteamericanos.
A los hechos me remito: ¿por qué razón lo nombraron cónsul en una isla perteneciente a un país con el cual el gobierno de Maduro no tiene lazos ideológicos? ¿Por qué no lo nombraron embajador en Cuba, Ecuador o Argentina? ¿Por qué no lo nombraron embajador en Irán, China, Siria o en Bielorrusia? Fue Maduro quien lo sacó a usted de los servicios de inteligencia. Y Fue Maduro quien lo nombró cónsul. Por tanto, es Maduro quien debe responder esas preguntas.
Mi olfato periodístico me dice que alguien dentro del gobierno estaba muy interesado en que usted cayera como un pendejo. Mejor aún: alguien sabía que a pesar de sus tantos años trabajando en inteligencia, usted de verdad no era muy inteligente. ¿Serían los cubanos del G2 que son los que deciden siempre quien sale y quien se queda dentro del gobierno? ¿O sería alguno de los grupos que pujan todos los días por ver quién se queda con el pedazo más grande de la torta? Enviarlo a usted a la isla de Aruba, para que lo atrapara la DEA, ¿no será una jugada maestra de Nicolás Maduro y sus asesores cubanos hacia el gobierno de Obama, para que lo deje tranquilo?
Lo cierto, Sr. General Carvajal, es que ahora usted se encuentra en manos de la justicia. No creo que el Reino de los países bajos haga con usted lo que Juan Manuel Santos hizo con Mackled. El Fiscal General de Aruba y el Ministro de Justicia de esa isla, ya dejaron bien claro, que su detención está muy bien fundamentada, que el pasaporte diplomático que le entregaron en el SAIME no sirve para nada, y que es cuestión de días para que a usted le pongan las cadenas en los pies y en los brazos, y esa braga anaranjada que identifica a los reos de la justicia americana.
En la ciudad de Nueva York, hay una Corte que lo está esperando para enjuiciarlo por muchos delitos, entre ellos, el haber sido un estrecho colaborador de la narcoguerrilla de las FARC, a la cual le entregó armamento de grueso calibre, dinero y todo tipo de facilidades para que pudieran operar tranquilamente en los estados Zulia, Barinas y Apure. Las autoridades norteamericanas tienen en sus manos un grueso expediente que demuestra su estrecha relación con grandes carteles de la droga, que trabajan impunemente desde Venezuela, enviando toneladas y toneladas de cocaína hacia diversos lugares del mundo.
Usted sólo tiene un camino: colaborar con las autoridades norteamericanas, como ya lo hicieron Alejandro Andrade, Eladio Aponte Aponte y Rafael Isea, quienes le dieron al FBI y a la DEA un millón de pruebas contra el gobierno con lo cual evitaron que los metieran en la cárcel. Claro, que en su caso la cosa es distinta: Andrade, Aponte e Isea colaboraron antes de que los atraparan. Usted puede colaborar, pero ya es tarde. Ya usted está preso. Si colabora será juzgado. Y si no colabora, también.
Sr. General Carvajal: ojalá los chavistas que están en el gobierno se vean en su espejo. Dios tarda, pero no olvida. Tarde o temprano, todos los dictadores y los mafiosos caen.
SC. 26 de julio de 2014