El número de víctimas mortales por el seísmo que el pasado domingo sacudió la comarca de Ludian, en la provincia meridional china de Yunnan, asciende ya a 615, tras encontrarse 26 cadáveres en las últimas veinticuatro horas. EFE
Las autoridades locales también han elevado mucho la cifra de desaparecidos (de los 9 de ayer a los 114 de hoy), mientras que los heridos son 3.143.
El temblor, de 6,5 grados en la escala de Richter, afectó una de las zonas más pobres de la provincia de Yunnan, fronteriza con Myanmar y Laos y escenario frecuente de movimientos sísmicos.
Con epicentro en la localidad de Longtoushan, el terremoto -ocurrido a las 16.30 hora local del domingo (08.30 GMT)- afectó a más de un millón de personas.
Las principales preocupaciones de los equipos de rescate tras cuatro días de trabajos en la zona son la aparición de epidemias y el peligro de inundaciones, ya que desprendimientos provocados por el seísmo originaron diques en ríos locales y éstos embalsaron grandes cantidades de agua que amenazan con desbordarse.
Las autoridades comunistas han culpado de la elevada cifra de muertos a la fragilidad de las construcciones, la poca profundidad del terremoto -sólo 12 kilómetros- y la densidad de población en esta zona, muy superior a la media provincial.
Por su parte, algunos residentes critican la falta de inversión en Ludian, una de las áreas rurales más empobrecidas de China.