De las vacunas preventivas a los antivirales y los sueros, las investigaciones sobre el virus del Ébola exploran varias pistas, apremiadas por la epidemia más grave en 40 años, aunque estas armas potenciales apenas se encuentran en la etapa de la experimentación animal.
Vacunas
Entre los candidatos figura la vacuna preventiva de la firma inglesa GlaxoSmithKline (GSK) cuyo estudio de inocuidad (etapa anterior a los tests con humanos) está prevista en septiembre, “primero en Estados Unidos y probablemente en un país africano”, indicó Jean-Marie Okwo-Bele, director del departamento de vacunas e inmunización de la OMS.
El doctor Anthony Fauci, director del instituto norteamericano de alergias y enfermedades infecciosas (NIAID/NIH, investigación pública) mencionó las discusiones con los laboratorios farmacéuticos “para acelerar el procedimiento”. “Una vacuna podría estar disponible para los tratamientos médicos en 2015”, dijo a la AFP.
La OMS está considerando la posibilidad de acelerar el proceso, o incluso “saltear etapas” para los medicamentos y las vacunas, pero “manteniendo salvaguardas”, según el doctor Okwo-Bele. Consultó además a un grupo de expertos sobre las cuestiones éticas.
La vacuna GSK está construida con un vector (el transportador de elemento vacunante) viral en el cual se insertan dos genes no infecciosos de Ébola. Esa preparación desencadena la fabricación de una proteína contra la cual el organismo aprenderá a defenderse.
Por otra parte, el NIAID/NIH norteamericano respalda a la empresa biofarmacéutica Crucell (Johnson & Johnson) que desarrolla una vacuna contra los virus Ébola/Marburg, ya probados en seres humanos, según el laboratorio.
Se prevé una nueva prueba de fase 1 (test con voluntarios sanos) para fines de 2015 o principios de 2016, indicó el NIAID. Financia además a la empresa norteamericana Profectus Biosciences, que desarrolla otra vacuna preventiva.
Por otra parte, el NIH y la Universidad Thomas Jefferson colaboran en el desarrollo de una vacuna anti-Ébola sobre la base de una vacuna contra la rabia, que podría servir para prevenir esas dos enfermedades en la fauna salvaje de África, y se estudia otra versión para proteger a los veterinarios. Esta vacuna todavía está siendo probada con animales.
Tratamientos
El ZMapp, un cóctel de tres anticuerpos “monoclonados” administrado a dos norteamericanos enfermos que se infectaron con el virus en Liberia, es un suero terapéutico abusivamente calificado de “milagroso”.
Aunque parece tener “cierta eficacia” la administración a sólo dos o tres pacientes no permite sacar conclusiones, según el doctor Faucy y otros especialistas que preconizan prudencia en la materia.
“Varios cientos de tratamientos ZMapp podrían estar disponibles de aquí a fin de año, indicó este lunes Marie-Paule Kieny, directora general adjunta de la OMS, aunque existen otros tratamientos más avanzados para otras enfermedades que podrían adaptarse o utilizarse potencialmente para el Ébola y estar disponibles más rápidamente”.
El TKM-Ebola de la farmacéutica canadiense Tekmira es objeto para su desarrollo de un contrato de 140 millones de dólares del departamento de Defensa de Estados Unidos. La Agencia norteamericana de medicamentos (FDA) levantó la suspensión de una prueba clínica de este tratamiento experimental.
La decisión abre el camino a su eventual administración a personas afectadas, estimó la firma.
El favipiravir (ou “T-705”), un antiviral contra la gripe de Toyama Chemical, filial de FujiFilm, podría emerger como tratamiento potencial, según la prensa económica. Un portavoz de FujiFilm indicó estar en tratativas con las autoridades norteamericanas para probarlo.
Según el doctor Okwo-Bele, “también pensamos utilizar suero de convalescencia” (anticuerpos procedente de gente curada).
Para el profesor Hervé Raoul (Inserm), que dirige el laboratorio del alta seguridad P4 Jean Mérieux en Lyon, “los antivirales, más fáciles de utilizar durante una epidemia, son la prioridad”. Permitirían hacer bajar la cantidad de enfermos, facilitando así la implementación de medidas de prevención.
Para esta enfermedad que mata en unos pocos días el 60% de las personas infectadas, “hay que pasar el pico de la replicación (multiplicación) del virus. Existe una correlación entre la cantidad de virus y la agravación del estado del paciente. Suministrado a tiempo, un medicamento que bloquearía esta proliferación podría permitir al enfermo recuperarse con sus propias defensas”. AFP