En Venezuela, unas 8 mil escuelas funcionan en la franja de frontera, desde la Goajira en el estado Zulia hasta el Amazonas en Bolívar; allí -según las cifras oficiales que maneja el Ministerio de Educación-, 167 mil niños en situación de pobreza extrema están fuera del sistema educativo formal. NP
A través del Proyecto Redes, Javier Tarazona junto a un grupo de docentes, han venido evaluando durante el último año la situación de la educación en la zona fronteriza y paralelamente la injerencia de grupos irregulares en los distintos niveles del sistema educativo venezolano.
Según sus investigaciones, el 80% de los estudiantes de la frontera venezolana están vinculados al desarrollo de actividades ilícitas y el 72% de ellos termina desertando de la escuela por dedicarse a trabajar con grupos irregulares vinculados al narcotráfico, el contrabando, el tráfico de combustible, el llamado “bachaqueo” y todo tipo de actividades ilícitas.
“Estamos hablando de los estados Zulia, Táchira, Apure y Bolívar”, puntualizó Tarazona al tiempo de afirmar que allí las aulas se están abandonando producto de la acción de grupos irregulares, aunque éstos no solamente están desarrollando sus acciones en la frontera colombo-venezolana. “Venezuela está tristemente, cundida por la actividad de los grupos irregulares, que han extendido su accionar incluso hasta la propia capital de la República”.
Deserción en cifras
Sostiene Tarazona que el Contrabando y el narcotráfico son prácticas permanentes, que se han convertido en un problema social, político, económico y educativo en el occidente venezolano.
“Hemos venido denunciando el aumento del reclutamiento de estudiantes por parte de grupos irregulares, y este reclutamiento ha generado un modus vivendi de los estudiantes en la frontera y ha traído consigo un proceso de deserción acelerado del hecho educativo”.
Las cifras presentadas hablan de unos 75 mil infantes de 0 a 5 años que no se encuentran matriculados en educación inicial, 250 mil niños entre 13 y 14 años que han abandonado la escuela antes de completar el noveno grado, y 950 jóvenes que dejaron de estudiar cuando pasaron al cuarto año de bachillerato.
En consecuencia, exige al gobierno atender la causa de esta situación; identificando a la pobreza como la causante del contrabando, el narcotráfico y la economía páralela que se vive en la frontera.
“El gobierno venezolano debe generar empleos, garantía de salud, de seguridad, de una educación de calidad, pues solo con ello se podrá mejorar el nivel de vida de los habitantes de la frontera”.
Escuela paralela
Asegura que ante la falta de respuestas y atención por parte del gobierno, estos estudiantes terminan saliéndose de las aulas porque encuentran en la actividad ilícita una escuela paralela.
“Denunciamos que frente a la quiebra de Pdvsa, al gobierno le conviene tener al narcotráfico como la segunda empresa de Venezuela”.
Según lo señalado por Tarazona, a pesar del cierre de frontera implementado por las autoridades venezolanas en horas nocturnas desde el pasado 11 de Agosto, los grupos irregulares siguen actuando con total libertad en la zona.
“Son los grupos irregulares los que controlan, los que dirigen, los que generan la nueva educación en la frontera; porque son los niños que están en la frontera los que cobran por llevar drogas, gasolina, alimentos o cualquier elemento a través de las trochas que surcan la frontera”.