La inflación, al 60 por ciento. Desabastecimiento de productos básicos como papel higiénico, material de hospital e, incluso, ataúdes. El Gobierno de Nicolás Maduro, con la economía maltrecha, quiere ir con sus ideas hasta el final, pese a todos los contratiempos y a que parezca que el país pueda romperse de un momento a otro. Recortar su política de subsidios -«para garantizar la soberanía alimentaria del pueblo», según el chavismo- supondría azuzar aún más el fuego de las protestas, pero esta vez entre sus propios votantes. ABC.es
Aunque los problemas políticos están ahí con la dimisión en bloque de su gabinete, el gobierno chavista se enfrenta ahora a los problemas secundarios de su fuerte política intervencionista. Maduro dice temer el contrabando de los alimentos subvencionados por el Estado rumbo a Colombia, donde prima el libre comercio y los negociantes puede conseguir cuantiosas ganancias al disponer de productos a precios altamente competitivos. Además, según el índice de Escasez que publica el Banco Central de Venezuela, uno de cada cuatro productos básicos falta o es difícil de conseguir.
Para combatir el desabastecimiento y frenar el contrabando, a su regreso de Cuba -donde se reunió con Fidel Castro-, el presidente Maduro anunció la puesta en marcha de un sistema de control biométrico en todos los supermercados privados.