El presidente Nicolás Maduro Maduro dijo que el sistema biométrico para controlar la compra de alimentos no implementará un racionamiento en su consumo.
“Los que se oponen al sistema biométrico están confundidos. El sistema biométrico no es para regular, es para que todo lo que produzca la república llegue al pueblo”, dijo el mandatario.
Maduro anunció en cadena nacional el pasado miércoles que este viernes daría detalles de cómo funcionará el sistema de captahuellas para la verificación de los productos.
El mandatario había dicho se busca combatir la escasez y el desabastecimiento causado, según su gobierno, por el contrabando de extracción hacia países vecinos y lo que él ha llamado la “guerra económica”.
Pero el preidente no cumplió lo anunciado.
En la cadena nacional de radio y televisión del 22 de agosto, no explicó cómo funcionará este mecanismo ni si impondrá o no limitaciones en la cantidad y frecuencia de la compra de alimentos, medicamentos y productos de higiene, rubros que presuntamente serán controlados por este sistema biométrico.
El superintendente de Precios, Andrés Eloy Méndez, dijo este jueves que antes del 30 de noviembre todos los comercios vinculados a esos rubros de productos deberán tener instaladas los dispositivos, de los que hasta ahora no se tienen detalles.
Pero lejos de ser percibido como un beneficio para el pueblo, tal y como lo ha dicho el presidente Maduro, personas consultadas por la Voz de América lo ven como una forma más de controlar a la población ante un problema que no puede resolver su gobierno.
Emilio Rodríguez, de 70 años e hijo de cubanos que llegaron a Venezuela en 1940, asegura que esta situación “es copia del modelo de Cuba porque Maduro recibe instrucciones directa de los Castro. No es coincidencia que el anuncio de las máquinas captahuellas se conozca justo después de su viaje secreto a La Habana”.
En Venezuela la escasez ha obligado a las personas a cambiar sus hábitos de compra. Quienes iban a los mercados por alimentos cada quince días al recibir su salario, lo hacen cada vez que ven algún alimento que consumen con frecuencia.
Elena Varela pasa a diario frente a la bodega, como se les llama a los negocios pequeños de comestibles, que queda a cerca de su casa.
“Ahora aprovecho de comprar más de lo que necesito y de lo que sé que puedo necesitar también, porque vendrán esas máquinas captahuellas a controlar lo que quiero comprar”, dijo.
Fuente: Voz de América