Silicon Valley pasa por ser, seguramente, el núcleo urbano más tecnológico del mundo. En varios kilómetros a la redonda, en todo lo que rodea el Bay Area de San Francisco, el smartphone es el arma más común entre los emprendedores y trabajadores que viven las 24 horas tecnologizados, entre multitud de líneas de código, aplicaciones, software, ventas y startups que sueñan con ser el próximo Google.
Sin embargo, para una parte importante de los techies de Silicon Valley hay una cita casi ineludible que, durante una semana, les aleja del mundo conectado y les sumerge en otro radicalmente distinto, alejado de ordenadores, routers, smartphones y demás. Se trata del Burning Man, un festival que empieza este lunes y que atrae a todo este tipo de talento, aunque no por su tecnología, precisamente.
Un festival artístico con los genios del futuro
Burning Man reúne cada año en el desierto de Nevada a cerca de 60.000 personas que construyen Black Rock City, una ciudad inédita que solo existe durante una semana. Del 25 de agosto al 1 de septiembre, los asistentes al festival se dan cita en un evento con un único y máximo objetivo: explotar la creatividad, el arte y la autoexpresión de todos los asistentes, que ponen su talento a disposición de todos para diseñar los artilugios y creaciones más estrafalarias y sorprendentes: desde un conejo gigante hasta un camióntransformer, pasando por un ovni estrellado, una estrella luminosa o cualquier tipo de escultura que uno pueda imaginarse.
Una especie de locura colectiva hippie que cuenta con pocos principios, pero muy claros: todo ha de ser en pro de la creatividad de cada persona, cada cual lleva su propia comida y puede vestirse como quiera (o ir completamente desnudo), no hay que dejar huella (leaving no trace, recogiendo cualquier basura que se pueda generar) y está totalmente prohibido el comercio (solo se vende hielo y café).
Sin embargo, en este oasis alejado de todo lujo hay también espacio para los mayores milonarios de Silicon Valley, como Sergey Brin (Google), Mark Zuckerberg (Facebook), Jack Dorsey (Twitter), Elon Musk (Paypal) o Jeff Bezos, entre otros, que se sumergen en este paraíso hippy, aunque con algo más de glamour.
Zuckerberg o Brin, a todo lujo por 25.000 dólares
Según cuenta el New York Times, en los últimos dos años ha nacido una especie de zona vip dentro del Burning Man, una serie de campamentos en los que, por cerca de 25.000 dólares, puedes disfrutar de una cama de verdad, aire acondicionado (en un desierto que supera los 40 grados), conexión Wifi y hasta un chef propio que puede hacerte los mejores platos de sushi o la mejor langosta.
Toda una flota de lujos puesta a disposición de los nuevos millonarios de Silicon Valley, que llegan al festival en su avión privado para ser recogidos en el aeropuerto más cercano y guiados por el festival en todo momento.
El sitio donde nacieron los ‘doodles’ de Google
En realidad, quizá sería injusto decir que estos millonarios se han adueñado de un festival que tiene unos principios muy distintos, ya que muchos de estos emprendedores eran asistentes habituales del festival incluso mucho antes de montar sus empresas. Al fin y al cabo, Burning Man se caracteriza por reunir a su alrededor a varias de las mentes más libres y creativas de todo el país, con lo que, de un modo u otro, pudo servir de inspiración para muchos de los grandes genios tecnológicos del momento.
De hecho, los famosos doodles de Google nacieron precisamente en Burning Man. Fue en el verano de 1998, cuando Sergey Brin y Larry Page estaban inmersos en el festival, inmiscuidos dentro de aquel laboratorio creativo, y decidieron modificar el logo del buscador para incluir un dibujo del carismáticoburning man (hombre en llamas), dando comienzo a una de las tradiciones y marcas de identidad actuales de Google.
Con información de El Confidencial
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