¿El fin de los libros de papel?

¿El fin de los libros de papel?

La semana pasada tuvimos la oportunidad de asistir a la décima Feria del Libro en Panamá, bajo el lema: El Gran Imperio de la Imaginación, un impresionante evento que tuvo como invitado a México, donde se presentaron más de 150 mil libros.

María Beatriz Medina, Directora Ejecutiva del Banco del Libro (Venezuela) en la X Feria del Libro en Panamá.

Observando las maravillosas obras de los maestros Octavio Paz, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, cuesta pensar que los libros de papel estén destinados a desaparecer, reemplazados por Kindle o algún otro instrumento electrónico equivalente (ebooks). No obstante, las cifras son contundentes:

Proyecciones para las ventas de libros en papel y electrónicos. Fuente. @StatistaCharts.
Un 30% de los libros vendidos en EE.UU. son electrónicos, una cifra sorprendente, tomando en cuenta que Kindle arrancó apenas a finales de 2007 (2 de cada 10 libros vendidos actualmente en EEUU son a través de Kindle). Más dramático aún, de acuerdo a Price Waterhouse (ver gráfica arriba), para el año 2017 las ventas de libros electrónicos estarán igualando a los libros de papel, una industria (Kindle) que para Amazon representa ingresos de 5,25 millardos de dólares al año, 7% de los ingresos totales de la empresa.
Las ventajas de los ebooks son innegables, aunque sus detractores tienen ciertamente argumentos de peso.
El principal atributo de los ebooks es sin ninguna duda la instantaneidad. Si usted quiere leer o consultar un libro y éste está disponible en formato electrónico, literalmente en segundos lo puede colocar en su dispositivo preferido de lectura (Kindle, laptop, tablet), sin tener que salir de su casa. Los ebooks tienen otras ventajas, como la portabilidad, la facilidad de ampliar el tamaño de letra para adaptarse a nuestra capacidad visual y una mayor privacidad en la lectura (a los curiosos al lado suyo no les será fácil identificar que está usted leyendo). Por último, los ebooks son en teoría buenos para el ambiente, al reducir la tala de árboles y disminuir la energía necesaria para producir y distribuir libros convencionales.
Los defensores de los libros de papel esgrimen argumentos de distinta índole, unos contundentes y otros románticos. Acá listo algunos:
  1. Los ebooks no se pueden pasar a otros después de completar su lectura.
  2. A los libros convencionales no se le acaba la batería.
  3. Los libros de papel se leen mucho más fácilmente.
  4. Los ebooks son más costosos.
  5. Los instrumentos de lectura (Kindle, por ejemplo) de ebooks son costosos, además de susceptibles de robo y daños (a mi me pasó: me senté encima de mi primer Kindle!)
  6. Nada sustituye el placer de pasar las hojas de un libro durante la lectura.
Amazon está trabajando en varios frentes para subsanar algunas de estas limitaciones, incluyendo un servicio por suscripción que da acceso ilimitado a cerca de 600 mil títulos por 10 dólares mensuales. Scribd y Oyster intentan competir con servicios parecidos. También hay que recordar que el costo de un Kindle pasó de 400 dólares en 2007 a 70 dólares el modelo más sencillo en la actualidad.





Una opción a considerar, para los amigos de los servicios gratuitos, son las bibliotecas públicas. El Wall Street Journal publicó un artículo muy interesante, comparando favorablemente la disponibilidad de títulos (ebooks) de diversas librerías públicas en EE.UU vs Amazon y otras empresas del ramo. Bajo esta modalidad, los usuarios inscritos en las bibliotecas pueden pedir “prestados” los títulos que desean consultar, procediendo a recibirlos en el dispositivo de su preferencia. Al terminar el lapso del préstamo, el libro desaparece automáticamente, sin necesidad de ningún trámite activo de devolución por parte del usuario. Para los libros más populares, es posible que se requiera hacer cola para tener acceso.

La revolución de los ebooks ha cambiado sustancialmente la industria del libro, con ganadores y perdedores.
Ecosistema contemporáneo de la industria del libro.
A los autores, les da posibilidad de autogestión, al poder prescindir de las otrora todas poderosas casas editoriales. Una vez que un autor escribe un libro, puede autogestionar su publicación combinando la vía digital (ebooks) con imprentas digitales (para publicar en papel), capaces de imprimir competitivamente tirajes modestos (menos de 1000 ejemplares), y de reimprimir cada vez que sea necesario.

Los distribuidores no solo necesitan ser cada vez más eficientes, sino que requieren de gran maestría en las redes sociales, para ubicar allí a sus consumidores y atender así sus necesidades. A las casas editoriales les toca reinventarse, ante retos de diversa índole.

Mientras tanto, los consumidores estamos cada vez más distraídos ante la abundancia de formas de entretenimiento, siendo los libros (en papel o electrónicos) una de las muchas opciones a nuestra disposición. Coincido con la escritora española Marta Robles, participante en la feria del libro arriba mencionada, en el sentido que habrá una larga convivencia entre los libros de papel y los electrónicos, aunque en el segmento educativo veremos pronto una virtual hegemonía de los libros electrónicos.
Nos encantaría escuchar su punto de vista en relación a este y otros temas de nuestro blog. Escríbannos a @3punto0, contacto@zona3punto0.com o al final de nuestros artículos.

@vr2310, vramos@zona3punto0.com