Como cada mes de septiembre los jardines de María Antonieta de Mónaco se han vestido de fiesta y los monegascos han lucido sus trajes típicos para una cita muy importante reservada en exclusiva para ellos: el tradicional picnic. Pero este año ha sido muy especial pues los príncipes Alberto y Charlene están esperando a su primer hijo, un motivo de júbilo para la familia Grimaldi y para todos los habitantes del Principado, publica Hola.com.
Fotos Reuters
Con un vestido azul que disimulaba mucho su estado, un calzado muy cómodo y su encantadora sonrisa, la princesa Charlene se convirtió en la protagonista de la jornada, pues todo el mundo estaba deseando ver cómo está viviendo este periodo tan dulce y esperado por los monegascos. Y es que la exnadadora -que mantiene su figura atlética de deportista incluso durante el embarazo- necesita ahora más tiempo de descanso que nunca y no se dejaba ver desde el pasado 1 de agosto, cuando con su look premamá se convirtió en la “reina del baile” de la gala de la Cruz Roja.
El príncipe Alberto, que en esta ocasión prescindió de su traje regional, estuvo muy pendiente de su esposa mientras presenciaban un espectáculo de folclore que les dedicaron unos jóvenes monegascos. Después dieron un paseo por los jardines y disfrutaron de una jornada al aire libre, una cita muy importante para el soberano que trata de conservar todas las costumbres que su padre, el príncipe Rainiero, celebró durante toda su vida.
Fue a finales de mayo cuando el palacio hizo público el embarazo mediante un comunicado. “TSH el Príncipe y la Princesa de Mónaco se complacen en anunciar el embarazo de MSM la Princesa Charlene. El nacimiento se espera a finales de año” indicaba el documento. Una gran noticia que llegaba un mes antes del tercer aniversario de boda de la pareja. En más de una ocasión la Princesa había dicho que quería ser madre y que “los niños llegarían”.
Por tanto este nacimiento supondrá una dosis extra de felicidad para una pareja que lleva unida desde el año 2006, cuando Charlene era una joven nadadora olímpica y Alberto llevaba ya sobre sus hombros el peso del Principado de Mónaco.