Todos los países están constituidos por la Diversidad Generacional; de acuerdo a este precepto, el deber de gobernantes y empresarios, es aprovechar la contribución de cada generación sin perjudicar a ninguna. Palmira López Fresno, en su artículo: Todas las edades son necesarias, publicado en El País, dice que la Diversidad Generacional es: “en lo sustantivo, la confluencia en un mismo ámbito de personas con diferentes edades y competencias, y, en lo adjetivo, la confluencia al mismo tiempo de diferentes fases de evolución tecnológica.” López, P (2010,11 de abril). De tal manera, si un gobierno afecta a esta confluencia en desmedro de un grupo etario o de una generación, con cualquier anormalidad, desprecio o segregación, altera el equilibrio, propicia marcos de injusticia en contra de la diversidad cultural y de la pluralidad de perspectivas, vulnera la cohesión interna, impide la transmisión de conocimientos de una generación a otra, crea referentes de parcialidad laboral o política, que van a incidir contra el desarrollo político, social y económico del país.
“La edad – tal como lo manifiesta Palmira López Fresno – es un transcurso temporal, un devenir histórico, durante el cual se han sedimentado información y conocimiento, pero también valores, actitudes y comportamientos.” López, P (2010,11 de abril). En Venezuela, la Diversidad Generacional en lo político y en lo empresarial, es atacada. Donde no solo son víctimas las personas de la tercera edad, sino también los jóvenes. Pues, a los recién egresados de institutos superiores y universidades públicas, si no se les exige previa experiencia y militancia política sesgada, se les antepone como prioridad el empleo de egresados de los institutos universitarios y universidades bolivarianas. Esto sin contar a las numerosas generaciones de profesionales que se pasean por todo el país en busca de empleo cuando no laboran como buhoneros o taxistas. Además, en todo el territorio nacional se observa el abandono que empuja al jubilado hacia la inoperancia, por no brindársele entretenimiento proactivo ni bienestar. Peor aún, el sistema le niega oportunidades e impide que su experiencia y conocimiento oriente a las nuevas generaciones. Por otro lado, en la Asamblea Nacional, además de prescindir de la experiencia, de la representación popular de la oposición, de la lucha a favor de los DDHH, de las libertades democráticas y del liderazgo anticorrupción, dan exclusividad al clientelismo político, a los aguantadores, a la incondicionalidad y a la más indigna de las genuflexiones, hasta generar un conflicto anormal entre generaciones, supeditando a un grupo etario sobre otros, despojando a unos de su libertad de pensamiento, de conciencia y de sus derechos políticos constitucionales, para privilegiar a la frase temeraria del inquisidor de turno. Estos factores impactan sobre la salud política y mental del venezolano, impulsan la intolerancia y activan la fuga de cerebros.
Si no se aprovecha ni se entiende a eso que Palmira López Fresno llama: “El buen “saber hacer” y el “conocimiento tácito” (información gris personal y social), que son claves para la competitividad de las organizaciones, verdaderos factores que conforman el talento, sólo se adquieren con el poso y el filtro de la edad y con la convivencia, igual que ocurre con la memoria histórica de la organización, con su “edad social”.” López, P (2010,11 de abril). Inevitablemente se va a la decadencia. En Venezuela, además de no darle condiciones propicias al talento, se busca borrar a la memoria administrativa de la empresa privada, al ser sometida mediante una mal entendida nacionalización, al castrante túnel ideológico gubernamental que las lleva al fracaso, y a sus trabajadores, ineludiblemente, si no al desempleo, a la apatía.
Cuando Jorge Roig, Presidente de Fedecámaras, dice: “No vienen tiempos fáciles y hay que hablar con sinceridad, hay que tomar las decisiones que haya que tomar para que una vez superados los efectos perversos que tiene el haber estado enfermos, comencemos a ser una economía más saludable.”, no exagera. Las disposiciones políticas, tanto del oficialismo como el de la oposición, deberían constituirse en factores de defensa de la convivencia, de la diversidad generacional y del cambio óptimo en dirección a las exigencias políticas, sociales y económicas del país sin permitir ningún tipo de segregación ni represión. Es universalmente justo y válido, que este equilibrio sea devuelto a las instituciones, organizaciones y empresas, tanto públicas como privadas sin romper la diversidad generacional. La difícil crisis actual, obliga a políticos y a empresarios a tener sentido de pertenencia, a primar al país por encima de sus ambiciones particulares, a buscar el diálogo franco, integrador y constructivo que anule el relato de guerra y libere a los presos políticos, para que las partes en conflicto sean oferentes de la salida política.
Víctor Vielma Molina/Educador/victormvielmam@gmail.com