El papa Francisco creó una comisión para estudiar cómo proteger lo que la Iglesia Católica llama los vínculos eternos del matrimonio, mientras al mismo tiempo simplifica los procedimientos para su anulación.
Según las enseñanzas del Vaticano, el divorcio está prohibido, pero los católicos pueden acudir a tribunales eclesiásticos para que éstos decidan si pueden anular el matrimonio por la Iglesia. Los tribunales pueden dictaminar que una unión no fue válida en primer lugar por razones específicas y por lo tanto carece de validez.
Francisco decidió el mes pasado establecer la comisión especial para que elabore propuestas para reformar la ley de la iglesia sobre el matrimonio, pero el Vaticano sólo se limitó a anunciar el sábado su creación formal.
El momento del anuncio parece relacionado con una importante reunión de obispos sobre temas familiares el mes próximo en el Vaticano. En esa reunión se podría analizar si los católicos divorciados que se vuelvan a casar pueden recibir la comunión.
El Vaticano dijo que la nueva comisión explorará cómo simplificar el complejo proceso de anulaciones de la iglesia, salvaguardando el principio de que el matrimonio es “eterno”.