Suena el despertador, te levantas, vas al baño y lo primero que haces es mirarte al espejo. Realizas tus quehaceres habituales y puedes contar al menos seis miraditas indiscretas al espejo. Te marchas, desayunas y aún puedes verte reflejada en otra ocasión en algún otro espejo que tengas distribuido por casa. Te terminas de arreglar y antes de salir una última miradita. En el ascensor vayas sola o acompañada caerá de reojo una mirada al espejo. Y así sucesivamente a lo largo del día, en total cuentan que la media de miradas de nuestro propio reflejo a lo largo de un día asciende a 34, llegando incluso en casos extremos a 71. Con información de Facilisimo.com
Parece una barbaridad pero pararos a analizarlo, ¿Cuántas veces podrías contabilizar? Y a esas súmale unas cuantas más que harás inconscientemente. No es negativo mirarse al espejo, pero comienza a serlo cuando no te gusta lo que ves, ves una persona fea o desfiturada. Esta situación no es nada banal , mirarse al espejo, ver tu reflejo y no gustarte acarrea notables problemas psicológicos y sociales. Esta afección se encuentra catalogada dentro de las patologías obsesivas con la apariencia y se llama Captotrofilia.
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