La instalación en la muy elegante plaza Vendôme de París de una obra del norteamericano Paul McCarthy, llamada “Tree” (Árbol) pero que se parece a un gigante ‘sex-toy’, generó una polémica y un acto de vandalismo que condujeron al artista a retirar su escultura inflable.
En medio de la plaza, a pocos metros de la columna Vendôme erigida a la gloria de Napoleón y sus batallas, la obra de McCarthy reproducía la forma exacta de un “butt-plug” o consolador anal, según admitió el propio artista.
La noche del viernes, desconocidos desenchufaron la alimentación del ventilador que mantenía inflada la escultura provisoria, montada en el marco de los eventos de la FIAC, la feria internacional anual de arte contemporáneo de París.
“Unos individuos seccionaron los cables que mantienen la escultura, aprovechando un momento de descuido de los agentes de seguridad. La obra inflable se desplomó y se ha decidido desinflarla de forma voluntaria. Una investigación está en curso”, indicó este sábado a la AFP una fuente policial.
Paralelamente a la FIAC, la Monnaie de Paris – antigua Casa de la Moneda- organiza una exposición “Chocolate Factory” sobre Paul McCarthy.
Era en el marco de esa muestra que se había instalado la obra del artista en la muy “chic” plaza Vendôme, que alberga las más lujosas joyerías de la capital francesa y el hotel Ritz, actualmente en renovación.
La FIAC manifestó el sábado su intención de volver a inflar la escultura verde de unos 20 metros de altura, antes de anunciar que, a pedido del propio artista, finalmente desistía de hacerlo.
“No quiero estar mezclado a este tipo de confrontación y a la violencia física, o de seguir haciendo correr riesgos a la obra”, hizo saber McCarthy a través de un comunicado difundido por la FIAC.
Un político local de derecha, Jérôme Dubus, había reclamado el viernes que la obra fuese retirada, al tuitear: “+Plug anal+ en la plaza Vendôme: Anne Hidalgo (la alcaldesa socialista de París) debe acabar con esta provocación retirando esta +obra de arte+”.
El “Printemps français” (Primavera Francesa), un movimiento que agrupa a militantes identitarios pero también a católicos tradicionalistas, tuiteó por su lado: “¡Plaza Vendôme desfigurada! ¡Paris humillado!”
Según el diario Le Monde, el artista fue abofeteado en el rostro por un desconocido el jueves, mientras terminaba de instalar su obra.
– “Arte degenerado” –
La controvertida escultura y el acto de vandalismo desencadenaron de inmediato una polémica típicamente parisina, y cada cual tenía su opinión sobre el tema.
La ministra de Cultura Fleur Pellerin denunció un “insoportable atentado a la libertad de creación”. “Parece que algunos respaldan el regreso al concepto oficial de ‘arte degenerado'” acotó.
“Agresión inadmisible”, dijo la alcaldesa Anne Hidalgo. “París no cederá a las amenazas de aquellos que atacan a un artista o a una obra, o a la libertad artística”.
Laurent Le Bon, presidente del museo Picasso, que reabrirá sus puertas el 25 de octubre, también deploró los hechos. “Pienso que hay que respetar las obras de un artista contemporáneo, por sorprendentes que nos resulten”.
En la plaza Vendôme, bajo un sol radiante que trajo un recreo veraniego al otoño de la capital, junto a la escultura desinflada y rodeada de guardias de seguridad, los parisinos expresaban opiniones divergentes.
“No es normal que la hayan desinflado, pero no tenía su lugar en este lugar”, comentó a la AFP Jean Louis Levy, de 50 años. “Yo no la habría puesto en mi jardín”, ironizó.
Para Lucas, empleado bancario de 58 años, “el magnífico plug anal era un desafío a la hipocresía ambiente”.
Igualmente indignado, Jean Christophe Dablemont, de 44 años, deploró que “no haya lugar para el arte en Francia. ¡Por una vez que se hacía algo artístico en la plaza pública, al lado del falo de Napoleón! El trabajo de McCarthy lo conocemos desde hace años, es un trabajo de provocación. Si el arte no hace su obra de provocación, ¿quién lo va a hacer, la televisión? Se ven cosas mucho más obscenas en internet o en la tele, todos los días”.
Un estudiante de la Sorbonne de 17 años, Arlo Lardé, no está de acuerdo. “A mí me molesta. Me gusta mucho París y no es por ser pacato –porque vivimos en una época de liberación de las costumbres–, pero (la escultura) me resultaba vulgar”.
Tras el anuncio oficial de que la obra no volvería a inflarse la polémica siguió oponiendo a tirios y troyanos en las redes sociales, bajo los hastags #vendôme y #plugGate.