La bebé llora pidiendo socorro, mientras un yihadista sostiene su cabeza contra el suelo y apoya un cuchillo en su cuello. Eso es todo lo que se ve y lo poco que hasta ahora se sabe del destino que podría haber enfrentado esta pequeña niña.
La foto se encontraba en el celular de un terrorista muerto en Kobane, la ciudad que los kurdos defiendena sangre y fuego del avance de los yihadistas, en la frontera con Turquía.
Se teme que la niña haya sido finalmente decapitada junto a toda su familia, mulsulmanes alevíes, una rama del islmám perseguida por los fanáticos del Estado Islámico.
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