Los estudiantes de Hong Kong, punta de lanza del movimiento prodemocracia, y el gobierno local iniciaron este martes su primera reunión en más de tres semanas de manifestaciones con motivo de un diálogo que casi nadie espera que ponga fin a la crisis.
Las conversaciones comenzaron a las seis de la tarde hora local (10H00 GMT) en la facultad de medicina, y en ellas participan cinco delegados de los sindicatos estudiantiles y cinco personalidades del gobierno hongkonés, entre ellas la número dos, Carrie Lam, y Lau Kong-wah, encargado de asuntos constitucionales.
“Espero que este diálogo suavice un clima social relativamente tenso”, declaró Carrie Lam.
Las conversaciones son las primeras desde que el 28 de septiembre se aceleró el movimiento de desobediencia civil en pos de un verdadero sufragio universal.
Los estudiantes, que salieron en masa a las calles en los primeros días, ocupan desde hace más de tres semanas tres barrios de este centro del capitalismo financiero internacional. Aunque el número de manifestantes ha disminuido notablemente, los transportes públicos, el tráfico y la actividad económica siguen perturbados por las sentadas.
Antes de la reunión, el jefe del gobierno de Hong Kong, Leung Chun-ying, del que los prodemocracia piden la dimisión, advirtió a estos que no deben hacerse ilusiones en cuanto a unas elecciones totalmente libres en 2017.
En una ciudad en el que el 20% de los siete millones de habitantes vive bajo el umbral de la pobreza, un sufragio universal pleno le daría más poder a los más modestos. Para Leung, un ex empresario, esto sería inaceptable, pues muchos inversores huirían entonces de la ex colonia británica, que de esta forma perdería su rango de centro financiero mundial.
“Si fuera solo un juego de nombres y de representación numérica, se hablaría de la mitad de la población de Hong Kong que gana menos de 1.800 dólares al mes”, declaró Leung.
– Muchas preocupaciones –
China acepta el principio de sufragio universal para la elección del próximo jefe del ejecutivo en 2017, pero pretende seguir controlando el proceso electoral empezando por los candidatos.
Por primera vez desde el 28 de septiembre, el gobierno ha aceptado reunirse con los estudiantes y las dos partes debían hablar este martes de la reforma de la Constitución. Pero pocos observadores esperan que Pekín, que teme un contagio democrático, cambie su posición. Ni tampoco esperan que los estudiantes se vayan a retirar.
“Estoy muy preocupada”, dijo a la AFP Claudia Mo, diputada prodemocracia. “Si al final se demuestra que es simplemente un show, un circo político con animales políticos, la gente va a decir que hay que salir a la calle”.
“La gente no es optimista”, dice Joseph Cheng, analista y militante prodemocracia. “Nadie en el campo de los prodemocracia espera que Pekín haga la más mínima concesión”.
Las dos primeras semanas, después de que la policía hiciera uso de gases lacrimógenos, la movilización ha sido bastante pacífica. Pero la tensión se ha vuelto a disparar en los últimos días por la intervención de las fuerzas del orden para desbloquear algunas vías de circulación.
Lo lograron en Causeway Bay, un barrio comerciante, y en Admiralty, cerca de la sede del poder, pero han perdido una parte del terreno logrado en Mongkok, en el sur del continente, frente a la isla de Hong Kong.
– Colusión con la élite –
En cualquier caso, las negociaciones podrían prolongarse. “Una sesión de negociación podría ser insuficiente para resolver todos los problemas, pero negociar constituye un buen punto de partida”, dijo el número uno hongkonés a la prensa el martes.
Los manifestantes, muy jóvenes en su mayoría, están preocupados por su futuro político aunque también por el económico ya que las desigualdades sociales no paran de crecer.
El aflujo de chinos del “continente”, a los que se culpa en parte del aumento del costo de la vida, explica este sentimiento, así como la percepción de la generación joven de una colusión entre el gobierno y la élite financiera. AFP
Fotos AFP