No es magia, milagro ni Photoshop. Tampoco implica pasar por un quirófano ni soportar un molesto postoperario. La aplicación de solución salina en los pechos permite lucirlos del tamaño deseado durante dos o tres días. ¿Se hace en nuestro país? ¿Qué riesgos implica? ¿Es para todas? Las respuestas, en esta nota.
Con información de Entremujeres
Un “Plan B” posible… ¿Y saludable?
Sin quirófanos, post-operatorios dolorosos ni prótesis permanentes, en Estados Unidos es furor una práctica que está en el foco de la polémica: hay médicos que inyectan una solución salina en los pechos de sus pacientes para aumentar su tamaño de manera absolutamente temporal.
La práctica “consiste en inyectar la solución por detrás de cada glándula mamaria, en cantidades de 200 centímetros cúbicos (o más, hasta llegar al volumen deseado) de una solución de cloruro de sodio, más conocida como ‘sal’, de allí el nombre de ‘solución salina’ (normal saline) con la que se la conoce en países de habla inglesa”, explica el profesor doctor Patricio Jacovella, director de la carrera de especialista y jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de Clínicas de la U.B.A.
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