La devoción genética del chavismo hacia el sector militar no solo se evidencia en su administración de corte castrense y en su idea cuartelaría del Estado; sino también en el privilegio económico de los verdeolivas, publica Correo del Caroní.
Entre 2010 y 2014 los uniformados recibieron incrementos salariales de 235%, 74% más que lo experimentado por los civiles de salario mínimo, que en el mismo período reportaron aumentos de 161%; la mayoría de ellos fraccionados. El contexto económico actual, aunado a los anuncios de principios de año, dejan la mesa servida para un nuevo incremento de salario mínimo para el mes de noviembre, ya asomado por el Ejecutivo a principios de año; todo esto en medio de una inflación campante que diluye cualquier poder adquisitivo de la moneda y cualquier aumento salarial.
Diversas tesis han intentado soportar la necesidad del presidente Nicolás Maduro, con un año y medio en el poder, de mantener al mando militar entre sus afectos. Una de las vías para fortalecer la conexión, también empleada por el presidente Hugo Chávez, ha sido la salarial.
Este lunes durante la transmisión de mando del Ministerio para la Defensa, el mandatario nacional anunció un aumento salarial a los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de 45%, que se hará efectivo a partir del primero de noviembre.
“La he aprobado porque es necesario mantener el ingreso real de nuestros soldados y soldadas de la patria. Así como atiendo permanentemente el ingreso real de todos los trabajadores de nuestra patria: bomberos, médicos, policías, maestros, técnicos y profesionales”, apuntó el mandatario este lunes durante el acto en Fuerte Tiuna, Caracas.
Este año Maduro varió la fórmula. Luego del incremento de 60% anunciado en 2013 en tres tandas, y el descontento que generó la partición, el presidente optó por un solo golpe de aumento, en medio de un escenario de alta inflación que en los primeros ocho meses del año se ubicó en 39% y que sumado a las variaciones de los precios en septiembre y octubre pudieran diluir el recién anunciado ajuste: una muestra del acelerado deterioro del poder adquisitivo del venezolano civil y militar.
En los últimos cinco años, entre 2010 y 2014, los militares han recibido un aumento salarial de 235%, superior a los incrementos del salario mínimo, que en el mismo periodo ha experimentado un salto de apenas 161%.
En el caso militar, los ajustes -a excepción de 2013- han sido sin fraccionar, mientras que en el caso del salario mínimo los incrementos por decreto han sido seccionados en hasta tres partes como ocurrió el año pasado con aumentos en mayo, septiembre y noviembre que suman 40%, 20 puntos porcentuales menos que al poderío militar.
Militares privilegiados
No sólo la fuerza militar ha percibido mayor ajuste salarial respecto al salario mínimo. A la par ha gozado de otros “privilegios” solicitados directamente por altos funcionarios del Ejecutivo.
En 2011, en medio del anuncio de aumento de 50% al salario del sector militar, el expresidente Chávez solicitó eliminar la solicitud de inicial a los militares para la adquisición de viviendas y vehículos. “Hay que quitar esto de la inicial, no me gusta cobrar inicial ni para las viviendas ni para los carritos”, sugirió el primer mandatario.
“4,6% es el interés que le cobra el banco a los militares, ¿será posible eso en el capitalismo? Es imposible. Así como es imposible que un morrocoy suba a palos ni cachicamo se afeita, en el capitalismo es imposible así, como es imposible que un avión Sukoy llegue a la luna”, añadió.
La reacción que ha generado el aumento a los militares, a la par de la pérdida de poder adquisitivo del salario mínimo, abre las puertas a un nuevo ajuste del salario mínimo en noviembre.
La evaluación ya fue anunciada hace un par de meses. “En noviembre estaremos estudiando y si es necesario actualizaremos el salario porque vamos a defender el salario de los trabajadores. Yo voy a defender el salario de los trabajadores, siempre la estabilidad del empleo, el acceso y el salario”, asomó el mandatario Nicolás Maduro a finales de agosto.
El plato de un pronto ajuste al salario mínimo es casi un hecho, una situación que más que alegrar debería preocupar a los venezolanos pues es una muestra de la falta de control de la inflación.
Salario golpeado
Mientras el salario militar se robustece en términos nominales, el salario real -en todas sus escalas- es golpeado sin clemencia por la inflación.
El salario mínimo actual se ubica en Bs. 4.251,40, una cifra que impide cubrir la canasta normativa alimentaria -estimada por el Instituto Nacional de Estadística- que al mes de mayo se ubicó en Bs. 4.448,56. Desde el quinto mes del año, el ente oficial no publica la variación de la cesta de alimentos.
La disparidad respecto a la canasta alimentaria medida por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) es superior. De acuerdo con el ente, la cesta de alimentos se ubicó en Bs. 14.080,98 en septiembre, de modo que un salario mínimo permite cubrir sólo un tercio de la canasta.