Conocí hace tiempo a la Señora Jaua, antes de que ingresara a la nobleza oficialista. Honestamente, lamento su situación de salud y le deseo una pronta recuperación. Gracias a Dios, Señora Jaua, usted tiene la fortuna de ser atendida en el exterior y no como la inmensa mayoría de los venezolanos, que no tienen más alternativa sino el calamitoso sistema de salud que hoy padecemos gracias a la “revolución bonita”. Sin embargo, respetamos el derecho a la vida y en consecuencia, no cuestionamos que alguien se atienda donde crea que puede salvarse. Lo indignante es la demagogia de la burocracia del PSUV y que la salud sea un privilegio, en vez de ser un derecho de todos los venezolanos. Lo denigrante es que los pobres y la depreciada clase media estemos condenados a morir de mengua en los hospitales por la irresponsabilidad de este gobierno populista, inepto y corrupto.
No sabemos si la niñera llevaba capucha o no, sólo que portaba ilegalmente un arma; apenas conocemos la carta bufa del Ministro Jaua justificando el hecho y que los documentos encontrados en el maletín hablaban de “aniquilar a la oposición”. Pero uno se pregunta ¿qué pasaría si en un aeropuerto venezolano capturan a un extranjero, afecto a otro gobierno, con documentos políticos y un arma? ? Salvo que sea un cubano, seguro empezarían con la cantaleta de los paramilitares, la CIA, el magnicidio y demás zoquetadas. Lo cierto es que la niñera cometió un delito pero -igual que en el caso del “Pollo” Carvajal- el gobierno venezolano exigió su liberación. En cambio, a Leopoldo López lo mantienen preso sin haber cometido delito y sin importar lo que diga la ONU. Tanta injusticia fortalece el espíritu unitario y de cambio en la sociedad democrática.
Twitter: @richcasanova
(*) Dirigente progresista / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.