La persecución política contra los venezolanos que creemos en la posibilidad de tener un país de progreso, donde los jóvenes cambien la balas por balones; donde el pueblo sea propietario de su espacio; donde podamos salir tranquilos porque contamos con cuerpos policiales fieles a la seguridad, y no a una ideología política, es cada vez más descarada.
¿Casos? como arroz. Los más recientes: la audiencia de antejuicio de mérito contra el diputado Juan Carlos Caldera López; la negativa de los tribunales de pronunciarse sobre la liberación inmediata de los presos políticos de Ramo Verde, solicitada por la ONU; la investigación a nuestro Gobernador Henrique Capriles, por un viaje de trabajo realizado a Madrid, España, dejando de lado el escándalo de la niñera del ministro Elías Jaua en Brasil, por tráfico de armas; y la sentencia contra nuestro alcalde de Sucre, Carlos Ocariz, en la que el máximo tribunal le ordenó recolectar la basura de forma regular y periódica, dictamen que sin duda responde a intenciones políticas.
Para nadie es un secreto que la revolución ha estado detrás de Ocariz, incluso antes de juramentarse como alcalde de Sucre en 2008. Una especie de guayabo eterno por no haber podido ganar más nunca una elección en el municipio. Y como el pueblo de Sucre les demostró que no los quieren, nos sabotean la gestión, afectando al propio pueblo.
Nos sabotean al permitir que trabajadores de SABENPE, externos a la alcaldía, retengan de manera ilegal parte de la flotilla de camiones recolectores de basura. Nos sabotean al negarnos los recursos para atender de manera más efectiva la limpieza de cada espacio de nuestra jurisdicción, mientras de manera “muy diligente”, le aprueban 238 millones de bolívares al municipio Libertador para que acaben con las montañas de desechos sólidos que desde hace meses adornan la localidad. ¿Por qué el TSJ no recomienda al alcalde Jorge Rodríguez recoger la basura y a Ocariz, sí?
Nos sabotean sí, pero… como el que no la debe no la teme, aprovechamos las amenazas y convertimos el amedrentamiento en oportunidades. Por eso llevamos al TSJ los resultados de una gestión exitosa en 30 cajas. 30 mil hojas de la verdad, 7 mil 500 fotos que le demostrarán a los magistrados y al país, verdades sobre el servicio de recolección de desechos sólidos en nuestra localidad. Somos ejemplo de gobernabilidad, ellos lo saben y por eso nos temen.
Pese a las trabas, las advertencias judiciales, y la inacción de los poderes del Estado para acabar con el conflicto interno en SABENPE, principal causa de la acumulación de basura en Sucre, la alcaldía le ha salido al paso a la situación. Con sacrificio logramos adquirir 17 nuevos camiones para garantizar la limpieza del municipio; y pronto contaremos con un nuevo patio de transferencia en la jurisdicción, espacio con el que no cuenta ninguna otra alcaldía del Área Metropolitana de Caracas.
Con Ocariz, somos garantía de resultados concretos para Sucre y los politiqueros de oficio lo saben. Mientras ellos se desconectan del pueblo, nosotros cada día nos preguntamos cómo podemos ser útiles para solucionar sus problemas, porque ése es el verdadero significado de nuestro proyecto, brindar soluciones y ser efectivos para nuestra gente.