Este grupo; un acrónimo de Sea, Air, Land (mar, aire, tierra) que al mismo tiempo significa “foca”, está históricamente especializado en reconocimientos y asaltos desde el mar o contra barcos y está formado por más de 2.300 combatientes. Reseña AFP.
Su lema es “El único día fácil fue ayer” (“The Only Easy Day Was Yesterday”).
Irak y Afganistán constituyen un terreno de acción privilegiada para los Seals.
El “Team 6” (Equipo 6), grupo de desarrollo de operaciones especiales de la Marina, constituye la aristocracia de los Seals. Fueron sus miembros los que planificaron y llevaron a cabo con éxito la eliminación de Bin Laden en mayo de 2011, en Pakistán.
Sus actividades jamás fueron reconocidas oficialmente, salvo en tres ocasiones.
En 2012, “Mark Owen”, el seudónimo de Matt Bissonnette, describió el ataque desde sus entrañas en “No Easy Day” (“Un día díficil”). Y esta semana, el Washington Post publicó un perfil del exmarine Robert O’Neill, que afirma haber asesinado al exlíder de Al Qaida, provocando la cólera de sus en otra época superiores.
Ambos hombres destrozaron el “código” al que están sometidos todos los Seals.
Los dirigentes estadounidenses se limitan a afirmar que se trata de “fuerzas especiales”, pero rehúsan, por “razones de seguridad operacional” según el Pentágono, confirmar si este grupo pertenece al Team 6 de las Navy Seals
Solamente se evocó su despliegue -que no fue seguido de un asalto- en la toma de rehenes del buque Achille Lauro en 1985 o durante la liberación del capitán del portacontenedores estadounidense Maersk Alabama frente a las costas de Somalia en 2009, según el sitio especializado Globalsecurity.org.
El comando habría intervenido asimismo para liberar a Linda Norgrove, un voluntaria escocesa secuestrada en Afganistán y muerta durante el ataque en octubre de 2010, según medios estadounidenses.
En agosto de 2011, 17 Navy Seals, principalmente del Team 6, murieron cuando los talibanes abatieron un helicóptero Chinook que los transportaba.
El número de “Team 6” fue dado para hacer creer a los soviéticos que los Seals disponían de más equipos de los que existían en realidad, explica su fundador, Richard Marcinko, en un libro en el que relata su experiencia como “Rogue Warrior” (guerrero paria).
En los años 80, contaba con unos 90 miembros según él, pero habría alcanzado cerca de 300 después de los atentados del 11-S, reclutados en el vivero de las Navy Seals.