El Congreso Popular General (CPG), que cuenta con 225 de los 301 escaños del parlamento, instó a sus ministros a retirarse del gobierno, al afirmar que no fue consultado sobre la formación de este esperado ejecutivo, reseña AFP.
Algunos ministros podrían, sin embargo, no seguir la consigna, vista la división en el seno del CPG entre partidarios del actual presidente yemení Abd Rabo Mansur Hadi y de su predecesor Saleh.
En este contexto, la dirección del CPG, presidido por Saleh, destituyó a Hadi al frente de la misma. Sus detractores le acusan de haber pedido a la ONU las sanciones adoptadas contra el ex presidente y dos jefes chiitas.
Saleh rechazó el sábado estas sanciones, que congelan sus haberes y prohíben a los Estados miembros de la ONU concederle un visado.
El ex presidente, que se vio obligado a dimitir en 2012 por una revuelta popular, dijo estar dispuesto a renunciar a su inmunidad y a comparecer ante la justicia yemení.
“Encontrad cualquier caso [de corrupción], llevadlo ante la justicia y poned fin a la inmunidad. Yo compareceré ante el tribunal”, aseguró el expresidente.
Saleh está considerado actualmente como el principal apoyo de los insurgentes chiitas, quienes tomaron el control el 21 de septiembre de la capital yemení antes de avanzar hacia el sur del país.
Por su parte, los rebeldes chiitas criticaron las sanciones adoptadas contra el ex jefe de Estado yemení y rechazaron también el nuevo gobierno formado en el marco de un acuerdo de paz.
El ejecutivo formado el viernes constituye “una violación del acuerdo de paz (…) y una obstrucción evidente del proceso político en favor de intereses privados”, denunciaron los rebeldes chiitas en un comunicado.
La formación de un nuevo gobierno estaba incluida en el acuerdo de paz, cerrado el 21 de septiembre, que preveía además la retirada de los rebeldes chiitas de Saná. Estos rebeldes, cuyo brazo político se llama Ansarualá, rechazaron por el momento abandonar la capital.