Los cacerolazos regresaron hoy a las calles de Buenos Aires en protesta contra el Gobierno argentino, que calificó la manifestación como algo “organizado” y pidió a los ciudadanos que se expresen en las urnas en las elecciones de 2015.
La protesta, denominada 13N, fue convocada a través de las redes sociales para protestar contra la corrupción, la inseguridad, la inflación, el narcotráfico y la trata de personas, la pobreza, la impunidad judicial y la falta de unidad en la oposición política, entre otros puntos.
Varios cientos de personas se convocaron en la intersección de las avenidas Callao y Santa Fe, en Barrio Norte, y de allí marcharon hacia la zona del Obelisco porteño, en pleno centro de la capital, con una pancarta gigante con la leyenda “stop corrupción” y un muñeco que simulaba ser la figura de la presidenta.
“En democracia todos tienen derecho a expresarse, pero sobre todo es necesario expresar las diferencias a través de las elecciones”, dijo hoy el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, al ser consulado en rueda de prensa sobre la convocatoria a la protesta.
Sobre este punto, Capitanich afirmó que “en la Argentina nada es espontáneo, todo es organizado” y pidió “respeto” a las instituciones y que los ciudadanos expresen sus “diferencias” con las políticas del Gobierno en las elecciones generales de octubre de 2015. EFE