Rusia y Catar fueron absueltas el jueves por un juez de la FIFA en una investigación sobre presunta corrupción en sus candidaturas para organizar los dos próximos mundiales de fútbol, en 2018 y 2022 respectivamente.
Joachim Eckert, juez experto en ética de la FIFA, cerró formalmente el jueves la investigación del máximo rector del futbol mundial sobre las candidaturas, casi cuatro años después de una votación del comité ejecutivo del ente que estuvo empañada por el escándalo. No se hallaron pruebas de las constantes acusaciones de soborno y pactos de votación.
“La evaluación de los procesos de candidatura para los Mundiales de la FIFA de 2018/2022 está cerrado para el Comité Ético de la FIFA”, escribió el juez alemán en un comunicado del ente.
El Mundial de 2022 se jugará finalmente, según parece, en Catar — aunque sigue sin estar claro si la FIFA buscará una alternativa al calor del desierto en junio y julio.
“La FIFA acoge con satisfacción las conclusiones que se han alcanzado”, dijo el organismo en un comunicado el jueves. “Como tal, la FIFA espera continuar con los preparativos para Rusia 2018 y Catar 2022, que están ya en marcha”.
El comité organizador de Catar dijo que estudiaría el informe antes de realizar comentarios.
A pesar de encontrar malas prácticas entre las propuestas de 11 países, Eckert dijo que la integridad de los resultados de la votación de diciembre de 2010 no se vio afectada.
“En concreto, los efectos de estos hechos en el proceso de licitación como conjunto está lejos de alcanzar el umbral que requeriría repetir la votación, y mucho menos volver a abrir el proceso”, resumió.
El caso de corrupción sigue abierto para miembros pasados y actuales de la junta de gobierno de la FIFA.
Los críticos de la FIFA han confiado durante mucho tiempo en Eckert y en el fiscal de ética Michael García para construir un caso que impidiese al rico emirato desértico ser la sede de 2022, probando las sospechas de que se habían comprado votos e influencias. Catar derrotó a Estados Unidos por 14-8 en la última ronda de una elección entre cinco países.
Esta esperanza se desvaneció cuando la FIFA publicó un resumen de 42 páginas elaborado por Eckert a partir del informe de la investigación, que se había mantenido en secreto en contra de los deseos de García.
La acusación a un trabajador de la candidatura de Catar que dijo que había realizado pagos ilícitos a votantes africanos fue desestimada.
Se consideró que los pagos realizados por Mohamed bin Hammam a otros funcionarios africanos y al vicepresidente de la FIFA Jack Warner se debieron a intereses políticos personales del miembro de la candidatura caído ahora en desgracia, no fueron en beneficio de la propuesta catarí.
Aun así, ambos ganadores presentaron problemas destacados por Eckert.
La candidatura de Catar tenía “hechos uy circunstancias potencialmente problemáticos”, además de una “significativa falta de transparencia” en el uso de asesores. Los ordenadores alquilados para uso del personal de la propuesta rusa fueron destruidos más tarde.
Eckert pidió a García, un ex fiscal de Estados Unidos en Nueva York, que presente casos contra votantes de la FIFA y miembros de las candidaturas.
No está claro a quién afectaría esta petición ya que Eckert no reveló quienes eran, a juicio de García, sospechosos de malas prácticas. El juez tampoco identificó por su nombre a ningún miembro de la junta de la FIFA, excepto cuando alabó al presiente del ente Joseph Blatter, ni de funcionarios relacionados con las nueve ciudades candidatas a acoger el mayor evento futbolístico del mundo.
El informe de Eckert parece haber excluido parte del lenguaje más duro de García, dijo un funcionario conocedor de la investigación a The Associated Press.
“Algunas de las críticas más duras del informe (de García) están dirigidas al comité ejecutiva, y van más allá de esos nombres mencionados de forma selectiva en el informe de Eckert”, dijo el funcionario bajo condición de anonimato porque el dossier de la investigación es confidencial.
García incluyó “críticas específicas al liderazgo del presidente Blatter durante el proceso de elección”, añadió la fuente, apuntando a una “cultura de sobrepagos” al frente del ente.
Eckert dijo antes que sus conclusiones finales podrían demorarse hasta abril. Las apelaciones contra las sanciones, ante la FIFA y la Corte de Arbitraje Deportiva, podrían extender aún más el proceso.
La candidatura fallida de Inglaterra para 2018, que recibió solo dos de los 22 votos de Europa, salió mal parada en el informe de Eckert por buscar públicamente la influencia de Warner.
“No aceptamos ninguna crítica con respecto a la integridad de la candidatura de Inglaterra o de cualquiera de las personas implicadas en ella”, dijo la Federación de Fútbol de Inglaterra en un comunicado.
Holanda-Bélgica no registró problemas y Eckert no incluyó comentarios sobre la propuesta conjunta de España-Portugal que, a pesar de un presunto pacto de intercambio de votos con Catar ampliamente reportado, fue mencionada por García como la menos cooperadora.
En la carrera para 2022, Australia fue criticada por el comportamiento de sus consultores mientras que Estados Unidos, Japón y Corea del Sur recibieron solo comentarios menores.
García y su equipo entregaron a Eckert un informe de 430 páginas luego de entrevistar a más de 75 testigos y acumular más de 200.000 páginas de documentos de apoyo.
Eckert reconoció que la investigación carecía de “medios coercitivos” para hacerse con posibles pruebas como “el rastro del dinero y los papeles”, y dependió de la cooperación de los testigos.
Sin embargo, de los 11 de los miembros de integraban la junta directiva de la FIFA en 2010 y que ya no forman parte del ente, tres declinaron hablar con García y otros dos no pudieron ser contactados.
Abordando el escepticismo público sobre cómo ganaron Catar y Rusia, Eckert señaló su deber como juez.
“La percepción, por ejemplo, según la cual la votación para el Mundial de la FIFA tendría que haber sido ‘comprada’ si el anfitrión elegido no es considerado ampliamente uno de los favoritos (…) es una mera especulación y está lejos de algo que cualquier cuerpo judicial como el Comité de Ética de la FIFA está autorizado a aceptar como prueba”, dijo el juez.
Con todo, las sospechas estuvieron alimentadas por los votantes de la FIFA — incluyendo Bin Hammam, que tenía un peso importante en el ente antes de su fracaso para derrocar a Blatter en 2011 — que ignoraron el propio consejo del órgano de gobierno que señaló que Catar era la opción de más riesgo en materia de seguridad y por motivos de salud provocados por el calor. AP