El escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa dijo hoy que “una sociedad libre y democrática tiene que ser una sociedad de lectores” y que “la lectura es fundamental para la formación del ciudadano libre y democrático”. EFE
“El espíritu libre que nos hizo salir de las cavernas ha sido atizado, estimulado por la literatura más que por ninguna otra disciplina o quehacer”, declaró el escritor tras inaugurar, junto a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la biblioteca que lleva su nombre en el centro de la capital de España.
Se trata de una biblioteca, construida por el Ayuntamiento de Madrid en el solar que dejó la demolición del antiguo mercado de la plaza de Barceló -ahora también reconstruido al lado-, dotada con más de 24.000 libros y más de 6.500 títulos en formatos multimedia, con 126 puestos de lectura y 43 de Internet, que ha costado cerca de 6,5 millones de euros.
Tras subrayar lo “feliz” que le hace que una biblioteca de Madrid lleve su nombre, Vargas Llosa, que estuvo acompañado por su esposa, Patricia, afirmó que los libros han sido para él “lo más importante” en su vida desde que aprendió a los cinco años a leer, “esa operación mágica de descifrar las palabras escritas para vivir aventuras extraordinarias”.
La literatura, aseguró, “hace vivir experiencias que jamás alcanzaría una vida humana”, hace “viajar en el espacio y en el tiempo”, introduce al ser humano “en las interioridades de la persona” y lo “proyecta hacia los otros”.
“Nada como la lectura nos hace conocer la diversidad de la vida”, manifestó Vargas Llosa, que además recordó las “muchas cosas que le debe a Madrid” desde que llegó a esta ciudad como estudiante en 1958.
Entonces, rememoró, Madrid era una ciudad “un tanto provinciana”, “pequeñita” y “muy ensimismada” pero “con mucho encanto”.
En este más de medio siglo vio transformarse a Madrid en una “gran ciudad, moderna y cosmopolita, abierta a todas las ideas y costumbres del mundo”.
“Me siento un madrileño no solo de adopción sino de corazón”, proclamó el Nobel hispanoperuano, que propuso además: “Todos los madrileños de nacimiento o adopción deberíamos sentirnos muy orgullosos por ese espíritu madrileño” que, entre otras cosas, apuntó, rechaza esa “visión estrecha y prejuiciosa del nacionalismo”.
Madrid, recordó, fue la ciudad en la que tomó la decisión de “no ser un escritor de domingos y días feriados sino un escritor de verdad”.
El autor de “La ciudad y los perros”, su primera novela, que comenzó a escribir apenas llegado a Madrid, recordó lo “fría” que era hace cincuenta años la Biblioteca Nacional donde leía novelas de caballería, de Baroja y de Galdós y en la que escribía y valoró el esfuerzo de Madrid por abrir nuevas bibliotecas y que en ellas, como en esta, cree espacios para los niños y los jóvenes.
Asimismo, agradeció al Ayuntamiento, a la alcaldesa.