Los postores que enfrentan a toros para que luchen entre sí, a las afueras de una localidad costera haitiana, pasan horas de pie a la orilla del río, analizando a una docena de musculosos animales con los cuernos afilados como cuchillos.
Con las venas hinchadas en un remedo de furia, los entrenadores de los toros paseaban una tarde reciente entre la multitud recogiendo las apuestas. Los agitados toros resoplaban, algunos haciendo agujeros en la tierra mientras esperaban a ser liberados de sus ataduras.
Cuando los propietarios están satisfechos con las apuestas, se liberan dos toros para que se enfrenten en una colisión estremecedora. Embistiendo o enterrando las pezuñas en la tierra, estos animales de 770 kilos (1.700 libras) luchan mientras unos 400 hombres gritan y agitan dinero a su alrededor. Termina en cuestión de minutos, cuando un toro moteado se retira en lo que los postores describen como un final frecuente, aunque en ocasiones los animales sufren graves heridas.
La desconocida costumbre haitiana de las peleas de toros es brutal como una pelea de gallos o perros. Un pasatiempo casual para muchos hombres del campo, es sin embargo un negocio serio para otros que intentan pagar las escuelas de sus hijos, o incluso comprar un coche.
El aficionado Jean Andre Martineau se apoyó sobre un Jeep negro que, según dijo, había pagado en parte con las ganancias de sus cuatro toros de pelea. “La felicidad es apostar por un animal que sabes que está fuerte y preparado”, dijo a las afueras de Leogane, a una hora en auto de Puerto Príncipe.
El propietario, de 72 años, dijo que su bisabuelo era un conocido entrenador de toros, y que la costumbre ha existido en varias comunidades rurales durante al menos un siglo.
Esto combates encajan en una cultura del juego que incluye peleas de gallos y “borlettes”, boletos pintados de colores llamativos que juegan con los números de la lotería del estado de Nueva York.
Para personas que viven con menos de 2 dólares al día, la posibilidad de ganar una gran suma puede resultar atractiva. En las peleas de toros, los botes pueden alcanzar 36.000 gourdes haitianos (775 dólares). Los postores dicen que elegir a los toros a menudo requiere visiones oníricas.
En el campo en Leogane, los toros son sólo uno de los juegos de azar. Los que tienen menos dinero pueden probar suerte en una tosca ruleta, donde los números de las inestables ruedas están clavados por piezas de metal. Los ganadores reciben latas de leche condensada. AP
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