Un grupo de 15 migrantes cubanos saludó a un grupo de espectadores mientras zarpaba desde Gran Caimán a bordo de un bote casero de 4,2 metros, después de una breve detención durante la noche, para un peligroso viaje de unos 644 kilómetros a través del Caribe rumbo a la costa norte de Honduras.
El bote, hecho de metal y fibra de vidrio con tubos internos unidos a vigas de madera, transportaba a cinco mujeres y 10 hombres e inició su viaje la semana pasada desde Manzanillo, al este de Cuba.
Otros tres pasajeros abandonaron la travesía y se entregaron a las autoridades de las Islas Caimán para ser repatriados a Cuba.
Los ciudadanos que buscan huir de la isla de Gobierno comunista se están dirigiendo cada vez en mayor cantidad hacia América Central, para luego realizar un extenso viaje por tierra para llegar a Estados Unidos.
Este verano boreal, un grupo de 32 migrantes cubano navegó a la deriva durante tres semanas, sin alimentos ni agua, luego de que el motor de su barco falló. Sólo 15 fueron hallados con vida cuando fueron rescatados por pescadores mexicanos.
Funcionarios de Estados Unidos dicen que más de 16.000 cubanos llegaron sin visa a la frontera con México en el último año, la mayor cifra en una década.
Funcionarios cubanos no han comentado las salidas de botes de inmigrantes ilegales, pero culpan a la política de Estados Unidos por alentar a las personas a arriesgar sus vidas.
Bajo la política “pie seco, pie mojado” de Washington, los inmigrantes cubanos que llegan a suelo estadounidense pueden permanecer en el país, mientras que los interceptados en el mar son devueltos a la isla.
Un hombre, que se identificó como Ediberto, dijo que trabajaba en un hospital, pero decidió realizar el peligroso viaje debido a las malas condiciones económicas en Cuba.
“Hay comida disponible, pero tienes que tener dinero para pagar por ella”, dijo.
Otro pasajero, Manuel, un campesino de Ciego de Ávila, dijo que hay insatisfacción en el campo, pero que la gente tiene miedo del Gobierno comunista de Cuba.
Las patrullas de la Guardia Costera de Estados Unidos ha hecho difícil llegar al país sin se detectado a través del Estrecho de Florida, que separa a Cuba de Florida por apenas 145 kilómetros en su punto más cercano.
Muchos cubanos ahora optan por rutas más largas hacia Honduras, un viaje de unos 1.086 kilómetros, a través de las Islas Caimán, que toma cerca de 10 días.
Las autoridades de Honduras dan a los inmigrantes cubanos visas temporales que les permiten dirigirse hacia el norte, rumbo a Estados Unidos.
Reuters