Por la forma en que mueven sus colas, se sientan en nuestro regazo y roban nuestras almohadas, ciertamente se ve como que nos aman también. Pero dado que los perros no pueden decirnos lo que pasa por sus peludas cabezas, ¿podremos alguna vez estar realmente seguros?
De hecho, sí. Gracias a los últimos acontecimientos en tecnología de imágenes cerebrales, podemos comenzar a tener una mejor idea de lo que pasa dentro del cráneo canino. Así es, los científicos están estudiando los cerebros de los perros y lo que han revelado los estudios son buenas noticias para todos los dueños de perros: No solo parecen amarnos también, sino que de hecho nos ven como su familia. Resulta que los perros confían más en los humanos que en su propia raza en la búsqueda de afecto, protección y todo lo que hay entre medio.
La evidencia cerebral más directa de que los perros son completamente devotos a los humanos proviene de un reciente estudio de neuro-imágenes sobre el procesamiento de olores en el cerebro de los perros. Los científicos de cognición animal de la Universidad Emory entrenaron a perros para que se sentaran quietos en una máquina de resonancia magnética y usaron IRMf (imágenes por resonancia magnética funcional) para medir sus respuestas neuronales al olor de las personas y al de los perros, tanto conocidos como desconocidos. Dado que los perros navegan el mundo con su olfato, la forma en que procesar los olores ofrece una nueva perspectiva en potencia para estudiar su comportamiento social.
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