Sin grandes anuncios ni inmensos acontecimientos terminó el último evento organizativo del PSUV en el 2014 al ser electos casi que en secreto los jefes de los Círculos de Lucha Populares (CLP). No hizo el PSUV grandes alardes para dar a conocer la importancia del proceso así como tampoco para entusiasmar a sus militantes.
Nadie en el PSUV pareciera haber puesto interés en el proceso. Ahora, sirvió para proceder a la purga de activistas “incomodos” por la vía administrativa sin que mediara proceso disciplinario alguno, como suele ocurrir en los partidos de carácter autoritario. Los defensores “más puros”, de eso que ha llevado al país a este estado de insoportable crisis y que también llaman el “legado del Galáctico”, terminaron fuera de las filas del partido de gobierno.
Algunos leen en la bajísima participación de ese evento el fin de la era chavista. Otros creen que los incentivos colectivos y selectivos que debe repartir el PSUV se está haciendo deficitariamente, lo que deriva en la inmovilización de los activistas y electores.
Lo cierto es que el partido de gobierno se fue consolidando desde las alturas del poder, disfrutando de todo lo que pudiera manar desde el gobierno hacia las bases militantes. La espontaneidad que se expresaba en la participación en los eventos del partido fue bajando de intensidad. Ahora la participación se basa en buses para la movilización, gorras y franelas, alimentación y algo en metálico para el debido disfrute.
La crisis del país también afecta al partido de gobierno: la caída de los precios del petróleo, la alta inflación y la escasez de bienes esenciales toca a las puertas de la militancia chavista y las inmoviliza.
Es año ha sido difícil y duro de soportar. El próximo no será distinto y pudiéramos avizorar un empeoramiento de las cosas. No hay perspectivas de que los precios del petróleo reboten como alguien le insinuó a Maduro, la inflación abofeteará con saña las estimaciones del gobierno y pudiera ubicarse en tres dígitos, así como que el dólar paralelo seguirá su incontrolable ascenso.
Este panorama seguirá golpeando a los afectos del oficialismo y a los venezolanos en general, sin embargo, en un año electoral donde el gobierno se juega la mayoría parlamentaria, echarán mano de los recursos públicos para re-enamorar a su militancia con nuevos incentivos. No sería nada nuevo. Ya lo contó Giordani a su salida del gobierno.
Un proceso electoral siempre es una oportunidad que debe ser aprovechada y la oposición debe hacerlo. La militancia chavista puede estar decepcionada y desilusionada con Maduro pero el electorado opositor tampoco anda contando los días para la próxima confrontación electoral.
Toca a la oposición crear un ambiente cierto de que es posible ganar y no vivir de una ilusión.
@leomoralesP