Los perros, clave contra caza furtiva en Sudáfrica (Fotos)

Los perros, clave contra caza furtiva en Sudáfrica (Fotos)

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Veneno y Asesino forman parte de una brigada peluda que trabaja en operativos contra la caza furtiva en África. Son perros que, solo con olisquear, pueden detectar un cuerno de rinoceronte escondido en el vehículo de un sospechoso o seguir el rastro de cazadores furtivos en los asediados parques naturales de Sudáfrica.

Los perros son una pequeña pieza en la lucha desesperada para frenar la caza furtiva en el continente, donde decenas de miles de elefantes fueron sacrificados en los últimos años para satisfacer el creciente apetito por el marfil en Asia, principalmente en China.

En Sudáfrica, los cazadores furtivos han matado a más de 1.000 rinocerontes este año, sobrepasando el récord de 2013. Países y conservacionistas están probando con patrullas y vigilancia más robusta, programas comunitarios y otras tácticas contra las bandas organizadas que a veces se benefician de la corrupción oficial.





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Mientras el conflicto crece en intensidad, perros de élite y sus entrenadores se preparan en una academia contra furtivos al noroeste del Johannesburgo. El curso prepara a unidades caninas para detectar armas de fuego o contrabando, rastrear a sospechosos entre la maleza y descender desde helicópteros con arneses para perseguir a los delincuentes. Los canes y sus compañeros de trabajo aprenden a confiar en el otro y a perfeccionar una relación que equilibra control y agresión.

“Uno tiene que ser el macho dominante. Con suerte, es el hombre y no el perro”, dijo Marius van Heerden, un manipulador de perros de 28 años que vive, trabaja y duerme con Veneno, un pastor belga cuya raza es conocida por sus características atléticas y resistencia y que ha sido empleada por el ejército de Estados Unidos en Irak y Afganistán. Veneno posiblemente recibió ese nombre tras morder a sus entrenadores cuando era un cachorro, explicó van Heerden.

La academia está gestionada por Paramount Group, con sede en Sudáfrica y que fabrica vehículos militares y otros equipos y cuenta con unos 50 perros adultos y otros tantos cachorros. La mayoría son pastores belgas y pastores alemanes.

Henry Holsthyzen, un responsable de la academia, entrenó a un pastor belga llamado Asesino a quien se atribuyeron éxitos en la lucha contra la caza furtiva en el parque natural sudafricano Kruger. En todo el país se necesitan unas 400 unidades caninas para controlar estos parques, pero solo hay 30 operativas, añadió.

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“Necesitamos centrar nuestros esfuerzos en donde la necesidad es mayor”, dijo el presidente de Paramount, Ivor Ichikowitz, citando la masacre de gran parte de la población de elefantes de Gabón. Dijo que la caza furtiva era más que un problema de conservación de las especiales porque sirve para financiar a insurgentes y otras actividades ilegales en todo el continente.

Los cuernos de rinoceronte alcanzan precios muy altos en el mercado negro. Están hechos de queratina, una sustancia que también se encuentra en las uñas de los humanos. Algunos los consideran un símbolo de estatus y con propiedades curativas a pesar de la falta de pruebas que refuten esta creencia.

Conraad de Rosner, que dirige otro grupo contra la caza ilegal llamado K9 Conservation, dijo que los furtivos ya se preocupan por los perros. Uno de ellos fue sorprendido con chiles, ya que al parecer creyó que evitaría que los perros siguiesen su olor y el personal de seguridad de los parques está preocupado porque intenten envenenar a los canes con carne contaminada, añadió.

Sin embargo, de Rosner dijo que los cuidadores de los perros tienen cuidado para evitar ataques a sospechosos que pudiesen tener armas letales: “Somos muy reticentes a soltar a un perro para que muerda a un sospechoso, por todas las consecuencias jurídicas que podría tener”.

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Los conservacionistas están empleando perros en otras zonas de África.

Ol Pejeta Conservancy en Kenia tiene pastores belgas que son una “pieza del rompecabezas” de sus tácticas contra la caza furtiva pero no son “la panacea”, dijo Richard Vigne, director ejecutivo del organismo. En el parque nacional Odzala-Kokoua de Congo, se desplegaron dos pastores belgas en un exitoso ensayo para detectar marfil y carne de animales salvajes obtenidos de forma ilegal en mochilas y maletas, según Parques Africanos, un grupo con sede en Johannesburgo que gestiona el parque junto con el gobierno congolés. AP