Ese discurso cargado de advertencias, la totalidad de ellas falaces, sirvió para justificar un inmenso gasto en baratijas y chatarra militar. Supuestamente contamos con unas fuerzas militares capaces de enfrentar al hipotético enemigo, el imperialismo yanqui, y de esa forma garantizar nuestra soberanía territorial.
El asunto de la guerra y de las amenazas llevó a un ¿prestigioso? conductor de un programa de VTV a cometer la atrocidad de leer un supuesto cable de noticia según el cual los inexistentes portaviones rusos y chinos acudían en defensa de Venezuela ante los disturbios que se produjeron a principios de 2014. Si quiere reír un poco viendo al personaje de marras, pinche aquí http://www.youtube.com/watch?v=UaWj5VrQ21Q
También asistimos a la denuncia de la fantasmagórica guerra económica que enfrentaba el país. Según estas tretas mediáticas, unos grupos traidores a la patria y con una supuesta e inconmensurable capacidad económica, torpedean los esfuerzos del gobierno para mantener los anaqueles llenos y defender el salario de los venezolanos. No hace falta ser muy avezado para darse cuenta que el gobierno perdió esta guerra fantasmal hace ya unos años.
Y la perdió porque en realidad estas guerras solo ocurren en salas situacionales que se ocupan de crear excusas para justificar las terribles pifias de un gobierno incapaz e incompetente en materia económica.
Pero, mientras todo estos discursos belicistas tenían lugar, las salas situacionales del gobierno y de PDVSA fallaron en detectar la verdadera guerra que se estaba desarrollado desde hace años y que representa hoy la derrota definitiva del modelo económico que este gobierno se empeña en mantener.
En tierras remotas, el temido imperio gringo desarrolla un arma letal para la economía de los países petroleros. El avance de la tecnología en explotación permite extraer gas y petróleo de una roca conocida como lutita. El proceso desarrollado por los temidos enemigos imperiales se ejecutó a plena luz del día y con amplia difusión de los medios. Expertos petroleros venezolanos llevan años advirtiendo el advenimiento del petróleo de esquisto y el ascenso de los Estados Unidos al puesto del primer productor de hidrocarburos del mundo. En este video podrá apreciar el funcionamiento de la técnica http://www.youtube.com/watch?v=3S-D6NTKUSk
¿Cómo es posible que las salas situacionales del gobierno y de PDVSA no fuesen capaces de detectar estas amenazas a nuestra endeble economía? ¿Cómo es posible que no se hayan anticipado las medidas para reducir el impacto que sobre nosotros tendría la guerra petrolera anunciada?
Lo cierto del caso es que vivimos un momento sin precedentes en los anales de nuestra historia petrolera. Estamos a punto de quebrar con precios de petróleo que todavía son mucho mayores que los más altos que disfrutaron todos los gobiernos anteriores.
Las medidas anunciadas por Maduro son infantiles. La reducción de sueldos a capitostes del régimen no representa ni el 0,1% del presupuesto de 2015. Sería mucho más impactante al cambio de 160 bolívares por dólar americano, suspender la beca que disfruta el pretendido piloto de F1 que financia PDVSA.
Lo que nos espera a los venezolanos es una hecatombe económica de dimensiones estelares. Todo por el manejo irresponsable de unos recursos que beneficiaron a los gobiernos parásitos del socialismo del siglo 21, pero que dejaron a los venezolanos en una situación que ya no será de pobreza sino de miseria.
El gobierno y sus personeros tienen que aprender que arrogarse responsabilidades conlleva consecuencias. No es suficiente asumir la culpa. Además hay que someterse a las sanciones que, sin duda, los venezolanos aplicarán a quienes conducen el gobierno más maula de nuestra historia.
No importa lo que haga o deje de hacer Maduro. El año 2015 será terrible pese a los anuncios del gobierno. No hay manera de escapar del costo político que la acción o la inacción del gobierno provocará. El modelo chavista fracasó tal como lo habíamos predicho durante los últimos quince años.
Lo lastimoso es que las consecuencias serán peores para quienes no disfrutamos del festín de dinero y petróleo botado en el exterior, colitas en los aviones de PDVSA ni costosas y lujosas cenas en restaurantes de Nueva York.
En los oídos me retumban todas esas acusaciones que Chávez lanzaba contra los gobiernos anteriores. Pero esta vez, aplicadas a su gobierno y los incapaces que lo sucedieron en el poder.
Lo peor, Venezuela perdió la guerra petrolera. La única que debió haber anticipado. La única para la cual debió haberse preparado.