Por si las anguilas eléctricas no fueran lo suficientemente sorprendentes, un grupo de investigadores acaba de desvelar que se guardaban un as en la manga a la hora de capturas sus presas. Según el equipo de Kenneth Catania, estos animales no solo son capaces de suministrar descargas de hasta 600 voltios a sus víctimas, sino que utilizan estas descargas para controlar los movimientos de sus presas a distancia.
La sorpresa ha llegado al descubrir que un tipo concreto de descargas provoca los movimientos involuntarios de los músculos de sus víctimas. Las neuronas motoras de la presa son secuestradas por esta señal eléctrica, lo que causa un colapso que impide su huida y pone las cosas más fáciles a la anguila.
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