Miguel Antonio Uribe Rangel, de 36 años de edad, se ganaba la vida como vigilante, prestaba sus servicios a una compañía por la avenida Circunvalación Norte. El sábado estuvo libre, por lo cual salió con Maryori Franco (esposa) y sus hijos, de 7 y 8 años de edad, al centro, para algunas compras navideñas.
Maryori Castillo cuenta que su yerno llegó a su casa a eso de las siete de la noche y al rato se apareció un sujeto quien le preguntó a su hija por su esposo. Ella nunca lo había visto, pero entró a la casa a decirle a Uribe, que alguien lo buscaba.
El vigilante salió, pero antes venían sus dos hijos. El hombre, al ver que quien estaba en la puerta desenfundó un arma, procedió a resguardar a sus hijos, pero aún así fue baleado. Al menos tres heridas presentó: dos en el pecho y una hacia la cabeza, lo hicieron caer, a dos metros y medio de la puerta de la casa.
Leer más en: elimpulso.com