Es necesario que el régimen comunista totalitario de Maduro, que nos hace un país sin Libertad ni Soberanía, salga del poder. Esto no puede ocurrir con un proceso electoral como lo plantea la MUD y el PSUV, puesto que el sistema electoral está controlado por extranjeros y no por venezolanos.
Luego de su salida, el proceso transitorio del país hacia una nueva Democracia no será necesariamente agradable. Grandes problemas ameritan grandes soluciones, por lo que nosotros como venezolanos tenemos que estar a la altura de los acontecimientos que están por ocurrir. Sin embargo, no todo será desagradable.
Toda la MUD –sin ningún tipo de distinciones– y todo el PSUV dejarán de existir como lo que son. Serán un nuevo elemento político en adelante que rejuntará a toda la izquierda en una sola voz: le dieron un golpe a la democracia. Finalmente quedarán al descubierto, sin más nada que esconder, los que gritan hoy ¡dictadura!, reconocerán que actuaban en función de la ficción democrática existente. En este sentido, la población tiene que abandonar la compasión y la lastima para que pueda florecer Venezuela: atarse a estos sentimientos débiles será como darle más peso a la carga putrefacta que no dejó crecer al país durante tantas décadas.
Todos los intelectuales vasallos de esta decadente clase política también perderán su falso brillo: quedarán en la historia como los más pretensiosos actores de un circo que pasó de moda y la risa que producirán no será la misma en lo sucesivo.
Por eso es necesario que los venezolanos hagan una ruptura radical con todos aquellos actores políticos y culturales que tienen como valores todos esos que han permitido la corrupción, el clientelismo y el populismo; es necesario romper radicalmente con la moral lastimera y compasiva que enaltece al flojo, al cómplice, al guabinoso, al incoherente, al débil de espíritu y al vivo, porque estos han sido los que han enfermado a Venezuela.
Seguir desobedeciendo al PSUV-MUD y desconociendo a sus actores políticos debe seguir siendo el rol de la sociedad civil como Resistencia. Las consecuencias de nuestra acción política, haciendo valer nuestra individualidad, está deslegitimando y haciendo pedazos al sistema político decadente.
El resultado de esto será el surgimiento de una nueva clase política: la de los vencedores.
Toda la MUD y todo el PSUV serán recordados como los que destruyeron a Venezuela: unos por protagonistas y otros por colaboradores. Ninguno merecerá gobernarnos, porque siempre estuvieron apostando a los mecanismos legales cuando no había ley en nuestro país.
Los nuevos políticos, los nuevos partidos que surgirán en el renacimiento de Venezuela, estarán por encima de la obsoleta y caduca discusión de izquierda-derecha: el nuevo pensamiento político estará enmarcado en la Libertad, como el principio supremo de la Nación que renace.
Libertad o nada