A Mario Costeja González, abogado y perito calígrafo español, no le simpatizaba en absoluto que al “googlear” su nombre, apareciera un anuncio publicado en el diario La Vanguardia en 1998, en el cual se hace la notificación de subasta de una casa suya y de su esposa, por insolvencia de pagos con la seguridad social. Razonaba Costeja que ese caso se resolvió hace mucho tiempo (más de 20 años) y que incluso hoy en día es divorciado y no casado como aparece en la notificación.
Costeja comenzó su vía crucis solicitándole al periódico La Vanguardia que retirara la página en referencia. Cabe resaltar que en ese entonces La Vanguardia acababa de realizar un esfuerzo monumental (2009), procediendo a digitalizar todas y cada una de sus ediciones en papel, desde el 1 de febrero de 1881, colocándolas gratuitamente a disposición del público en formato digital. La Vanguardia respondió negativamente a la solicitud de Casteja, afirmando que era un anuncio legal, ordenado por el Ministerio del Trabajo, fiel reflejo de la edición en papel. El periódico sugirió a Casteja que más bien le pidiera a Google que eliminara la indexación del documento. La Agencia Española de Protección de Datos se abocó al caso, solicitando a Google que procediera. Era una batalla aparentemente desigual de David contra Goliat. Google ripostó afirmando que no era una empresa europea y que su principal función es precisamente indexar oportunamente la información que existe, no borrar selectivamente. Apeló Google ante la Audiencia Nacional española y ésta, antes de pronunciarse, decidió consultar el caso ante el Tribunal Judicial de la Unión Europea (TJUE).
Sorpresivamente, la máxima instancia europea estableció el 13 de mayo de este año que existe el derecho al olvido, cuando la información en la red sea considerada inexacta, inadecuada, irrelevante o excesiva.
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| Mario Costeja González en La Coruña, luego de la sentenciá de la Corte Europea contra Google. Fuente: The Guardian – http://bit.ly/1IjUPkH |
El dictámen no se mete con la fuente original de la noticia, sino que instruye a Google desarrollar un mecanismo que permita obviar información que amerite ser olvidada. Menudo lío.
Google, disciplinado, creó un consejo asesor de alto nivel, compuesto por 10 autoridades mundiales sobre los temas en discusión (derechos individuales, libertad de expresión, derecho al acceso a la información, etc), con el objeto de buscar una forma razonable de cumplir con el mandato de la corte.
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| Consejo Asesor de Google en relación al “derecho al olvido” ordenado por el TJUE |
El consejo asesor, incluye a dos pesos pesados de Google, Eric Schmidt, su presidente ejecutivo entre 2001 y 2011 y a David Drummond, vice-presidente y máxima autoridad legal de la empresa.
El grupo se reunió entre septiembre y noviembre en distintas ciudades europeas: Madrid (9), Roma (10), Paris (25) y Varsovia (30) en septiembre, Berlin (14) y Londres (16) en octubre y Bruselas (4) en noviembre, con las principales autoridades del ramo (públicas y privadas), a fin de recabar insumos para tratar de armar este complicado rompecabezas. Actualmente el equipo se encuentra trabajando para presentar sus recomendaciones.
Mientras tanto, Google ha recibido decenas de miles de solicitudes, que comprenden desde eliminación de expedientes criminales, retiro de fotografías que atentan contra el pudor, casos de acoso cibernético, notas de prensa negativas y un largo etcétera. Google ha procesado 181.147 solicitudes al momento de escribir este artículo, correspondientes a 651.167 direcciones URLs a remover, habiendo rechazado el 59,6% de los casos.
A estas alturas esta novela promete extenderse por muchos capítulos y existen muchas más preguntas que respuestas:
Estamos ante un caso de censura previa, atentando contra la libertad de expresión de los ciberciudadanos del mundo?
El presidente de Wikipedia, John Wales, miembro del consejo asesor arriba mencionado, ha mostrado su indignación por las múltiples menciones de Wikipedia cuyos enlaces han sido cercenados.
Qué pasará con el resto de mundo, ante esta decisión en Europa?
Sin una decisión de caracter global, basta entrar a internet con una dirección IP no europea para accesar toda la información actualmente vetada en Europa.
Qué pasa con los otros buscadores, distintos a Google?
Por lo pronto, Yahoo y Bing han comenzado a recibir solicitudes de “olvido”, cada uno en su propio formato y con sus propias normas. Quedan por fuera Facebook, Twitter y otras redes sociales.
Dos expertos del ramo, Julia Powles y el profesor Luciano Floridi, este último miembro del consejo asesor de Google, hacen 5 recomendaciones para responder el acertijo sobre como “olvidar” apropiadamente.
- Actuar con transparencia, nutriéndose de la jurisprudencia de los distintos países en relación a los casos tratados en las cortes de los distintos países.
- Actuar colaborativamente, integrando esfuerzos de todos los actores (empresas de búsqueda, países, ciudadanos afectados, etc.)
- Reglas de juego y formas claras para realizar las solicitudes de “olvido”.
- Darle la posibilidad al reclamante de colocar comentarios al margen a las distintas fuentes, como una forma menos drástica de atender el reclamo de los afectados, sin que tener que eliminar la referencia.
- Considerar la posibilidad de exigirle al medio que destruya o retire de su servidor el artículo o noticia que por su características (inexacta, inadecuada, excesiva o irrelevante) amerite rectificación.
Independientemente del desenlace de este episodio (algunos lo llaman la lobotomía de internet), será casi imposible “olvidar” al abogado español Mario Costeja. Si no me cree, googleelo para que vea. A mi aparecen 46.200 menciones!
Resulta paradójico que unos quieran olvidar, mientras que otros dedicamos tiempo a posicionar nuestros artículos y recomendaciones.
Nuestra principal recomendación a nuestros lectores y clientes es evitar, en lo posible, las crisis de reputación, tomando medidas como las descritas acá.