Los miembros de la OPEP que apoyaron un recorte en la producción de petróleo en la reunión del grupo el mes pasado están coincidiendo con la perspectiva de Arabia Saudita de que necesitan enfocarse en la cuota de mercado, reduciendo aún más la posibilidad de cualquier acción para defender los precios.
Aunque Venezuela -que defendió recortes de producción en la víspera de la reunión del 27 de noviembre- ha insistido en que se tomen medidas para apuntalar los precios, mientras que otras naciones que a menudo respaldan esa acción como Irán y países de la OPEP en Africa se han mantenido en silencio.
“Los productores no han pestañeado. Sólo estamos observando y vendiendo petróleo al precio que sea”, dijo un delegado de un país de la OPEP que en noviembre apoyó un recorte en la producción.
Esto significa que hay una mayor unidad en torno a la perspectiva de importantes productores de la OPEP en el Golfo Pérsico, que señalaron esta semana que están preparados para esperar hasta un año para ver si el mercado se estabiliza, pese a una caída en los precios del crudo por debajo de 60 dólares por barril, el menor nivel desde el 2009.
El desplome del petróleo desde un récord este año de 115 dólares por barril en junio es particularmente doloroso para países como Venezuela, Argelia e Irán, que necesitan precios por encima de los 100 dólares por barril para equilibrar sus presupuestos, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional y otros analistas.
Se esperaba que la OPEP abordara el problema en noviembre al reducir su producción, pero los productores en el Golfo Pérsico liderados por Arabia Saudita bloquearon los llamados de los miembros más pobres del grupo de reducir los suministros, argumentando que el cartel necesita luchar por su cuota de mercado.
Un delegado de un segundo país de la OPEP que respaldó un recorte de suministros dijo que cualquier acción para impulsar los precios requeriría incluir a Rusia, que no integra el grupo y que hasta ahora no ha mostrado señales de ceder en su negativa de reducir el bombeo.
“Pese al dolor, coincidimos en que la OPEP no puede reducir sola (la producción)”, dijo el delegado.
El primer delegado dijo que no era necesario que la OPEP se reúna antes de su próximo encuentro previsto en junio, dado que su más reciente decisión requiere tiempo para llevar a una reducción en competitivos suministros como el petróleo de esquisto.