Algunos pueden refutar que la felicidad no se decreta, otros, pueden señalar que la alegría del buen vivir debe durar más que 31 días, y que no sólo por ser navidad es que se deben conseguir productos a precio justo. Hay quienes enfatizan que el Ejecutivo Nacional tiene la responsabilidad de garantizar la mejor calidad de vida durante todo el año. Jossie Naim Malavé/ Nueva Prensa Guayana
Sin embargo, más allá de cualquier argumentación y análisis político y social, el presidente de la República, Nicolás Maduro, decretó el Plan Navidades Felices 2014 a partir del primero de noviembre. Según sus propias palabras, se trata de un plan de avanzada contra la especulación, la inflación y el acaparamiento.
El plan guarda alianzas estratégicas con la superintendencia nacional de Precios Justos. Esta “ofensiva económica” estuvo compuesta, según anunciaron sus propios voceros, por 27 mil inspectores voluntarios y 516 fiscales activos en todo el país. A los Círculos de Lucha Contra el Acaparamiento y los Precios Justos se les otorgó la tarea de velar por el cumplimiento del límite de 30 % de ganancia.
Parte de la estrategia también involucró el tema de la inseguridad. El Plan de Seguridad “Navidades Felices” es el sexto aplicado por el gobierno de Maduro. En el estado Bolívar se anunció el despliegue de 6.928 funcionarios policiales y militares, al igual que la activación de 192 puntos de control en la entidad.
Choque de realidades
En esta época navideña nada es igual. A juzgar por años anteriores, adquirir a buen precio los productos para hacer las hallacas no es tarea fácil, tampoco lo es comprar los regalos para familiares y seres queridos, y ni hablar de la decoración y otros “lujos” a los que estaba acostumbrada la familia venezolana, ahora hay que pensarlo muy bien. O no se consiguen, o están muy caros. Para dar un ejemplo, en el caso del tradicional Ponche de Crema, actualmente se consigue a un precio de 580 bolívares, y el año pasado no superaba el costo de 300 bolívares.
Las circunstancias políticas, sociales y económicas despojaron del brillo natural a esta navidad. La gente no siente estas fechas como una época verdaderamente feliz. Para poder comprar pernil, algunos tuvieron que hacer colas kilométricas en un establecimiento de Mercal o Pdval, y hasta perder un día de sus vidas en eso. Sólo por mencionar un ejemplo cotidiano.
Hay una palabra que sirve para describir nuestra realidad: crisis. Un reciente estudio de opinión pública realizado por la firma Hernández Hercon esclareció una verdad silente. La investigación se llevó a cabo vía telefónica durante el 10 y 15 de noviembre del presente año en los 28 poblados con mayor densidad de habitantes del país. Con un margen de error de 3, 25 %, la encuesta reveló que la percepción de crisis aumentó, al igual que la desesperanza en relación a lo que nos depara el futuro cercano.
En contraste con la encuesta realizada en el mes de octubre, la proporción de personas que aseguran ver que las cosas “van por mal camino”, pasó de 76,2 %, al 78 %. Y en relación a las expectativas de futuro, se consolida una creciente desesperanza por no vislumbrar cambios positivos. Parece ser que las políticas gubernamentales en lugar de generar seguridad y confianza, propician todo lo contrario.
¿Se cumplió el decreto?
Los seis rubros prioritarios que cubre la ordenanza de “Navidades Felices” son: Electrodomésticos, textiles, alimentos, juguetes, calzados y ferreterías. A través de las ferias coordinadas desde la red Pdval, Mercal y Abastos Bicentenarios, se comercializan productos escasos como pollo, aceite, carne y pernil. Además, por medio del programa “Mi casa bien equipada” se ofertó la venta de electrodomésticos como neveras, lavadoras y televisores.
Empero, los portavoces del gobierno no mencionan por ningún lado las colas maratónicas a las que tiene que someterse el pueblo para poder soñar con la posibilidad de adquirir una lavadora marca Haier a Bs. 5.578, o un televisor a Bs. 9.200. Como existe racionamiento, no todos los que se apuestan frente a los locales que anuncian la venta de productos de línea blanca a precio justo, pueden comprar finalmente.
Un caso cercano y reciente lo protagonizan 100 personas que se turnaron día y noche frente a las instalaciones de Imgeve en Puerto Ordaz. Del total de guayaneses que se dieron a la tarea de adquirir un producto del gobierno, sólo 30 lograron comprar. Parte de las quejas manifestadas por quienes se encontraban en la cola, es que así como sucede con los artículos de las cesta básica, nunca faltan aquellos que se aprovechan de la situación, vendiendo los productos en el mercado negro.
Otro resultado que arrojó la investigación de la empresa consultora Hernández Hercon, es que el 86,3 % de los entrevistados reveló falta de entusiasmo. Ante la pregunta: “Con una inflación incontrolada… ¿Las utilidades y aguinaldos han despertado en usted el entusiasmo de años anteriores?”, la población coincidió en que la situación económica del país destrozó las tradiciones navideñas como los juguetes, las comidas, los estrenos y la decoración alusiva a la época. Entonces, queda a juicio del lector responder si el decreto presidencial se cumplió o no. De todas maneras, restan 10 días para culminar el año.
Las Cifras
27 mil inspectores voluntarios
516 fiscales activos
78% de la población piensa que todo va “de mal en peor”
100 personas hicieron cola en Imgeve
86,3% de la población reveló no sentirse entusiasmado en navidad
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