Colombia tendrá en diez años 200 multilatinas o empresas que habrán exportado a otros países su modelo de negocio, frente a las 70 que hay en la actualidad, afirmó Luis Fernando Castro, presidente de Bancoldex, el banco estatal para el desarrollo empresarial. EFE
En una entrevista con Colombia.inn, agencia operada por Efe, Castro dijo que este es uno de los retos de la nueva estrategia de Bancoldex, centrada en apoyar a empresas con potencial de crecimiento, desde empredimientos disruptivos basados en innovación hasta compañías consolidadas con posibilidad de dar el salto a otros países.
Bancoldex nació en 1992 como “un banco de segundo piso”, es decir, con la misión de canalizar créditos a través de entidades financieras comerciales para fomentar la exportación, y tras 22 años en ese campo ahora se plantea contribuir a la internacionalización de las empresas.
Castro dijo que el 70% de las exportaciones colombianas parten de la minería, el petróleo y la agricultura, tres sectores con “gran cantidad de retos por delante”.
Ahora, sin dejar de lado a esos sectores, Bancoldex tiene como objetivo consolidarse como un banco de desarrollo empresarial que incluya a todos los rubros productivos y apoye a empresas con potencial.
“Aquí no hay apuestas sectoriales, son apuestas por el empresariado en distintas etapas, desde emprendimientos en etapas tempranas a empresas maduras que ya se han consolidado en Colombia y tienen potencial en otro país”, remarcó.
“Nosotros vamos a hacer la apuesta de apoyar a empresas que tienen potencial de crecer y estamos transformando al banco en esa dirección”, matizó el presidente.
Tras detectar cuáles son “las fuentes rentables, las historias de éxito y las ventajas comparativas”, Bancoldex ha llegado a la conclusión de que no se trata sólo de apoyar las exportaciones sino de contribuir a crear más multilatinas.
“Una meta a diez años, dentro de nuestra estrategia, es que ahora hay 70 multilatinas colombianas y podríamos llegar a 200”, destacó Castro, quien aclaró que “hay potencial para exportar modelos de negocio” y empresas capaces de comprar activos o realizar coinversiones a través de fondos.
“Nosotros ayudamos al aterrizaje en esos países”, agregó.
Asimismo destacó la gran actividad que ha tenido Bancoldex en 2014, año que cerrará con “desembolsos históricos cercanos a 4,5 billones de pesos ($1.961 millones)”.
De esa cantidad, casi el 50% se ha dirigido a la industria colombiana, un sector que, a juicio de Castro, “no está contribuyendo al PIB como debiera”, y otra buena parte a la modernización de las empresas.
“Aquí no hay apuestas sectoriales, son apuestas por el empresariado en distintas etapas, desde emprendimientos en etapas tempranas a empresas maduras que ya se han consolidado en Colombia y tienen potencial en otro país”, remarcó.
Para ello, Bancoldex se plantea potenciar “con más recursos” dos de sus programas: iNNpulsa Colombia, que apoya emprendimientos basados en innovación que garanticen crecimiento extraordinario y sostenible, y Banca de Oportunidades, cuyo objetivo es contribuir a la bancarización, especialmente en lugares donde no hay facilidad de acceso a los recursos.
Y en cuanto al Programa de Transformación Productiva, el tercer eje de Bancoldex, Castro consideró que su “esencia debe residir en el Ministerio” de Comercio e Industria.
Puntualizó que la estrategia pasa por “la modernización de las compañías, la renovación del aparato productivo y la inversión en tecnología y maquinaria”.
Por ahora, Bancoldex no piensa otorgar créditos de forma directa, porque la naturaleza de sus estatutos no se lo permite, pero Castro habló de posibles cambios a futuro.
“Lo que soñamos es que en 2025, en diez años, este banco sea el instrumento financiero más importante para apoyar el crecimiento empresarial, especialmente en los sectores no tradicionales”, comentó.
Y con relación a las inversiones que se precisarán para implementar los eventuales acuerdos que surjan en el proceso de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), afirmó que Bancoldex será “un vehículo de inclusión financiera y productiva, con pequeños créditos dirigidos a la ruraliddad y el comercio informal”.
“A partir de ese vehículo se puede jugar un rol muy importante en el postconflicto”, concluyó Castro.