Seguro que has entrado en garitos peores, tan cutres que parecen insuperables. Mal iluminados, mal ambientados, sin alma ni parroquia habitual o incluso con un trato deficiente por parte del personal. Pero en el North West londinense se acaba de inaugurar un curioso bar que, en contra de las apariciencias, es todo lo contrario. Y decimos “en contra de las apariencias” porque está ubicado… ¡En unos antiguos urinarios públicos!
Una idea de un emprendedor dedicado al mundo de las bebidas espirituosas que ha tardado cierto tiempo en hacerse realidad.
Will Borrell, que así se llama el empresario, compró lo que antaño eran unos servicios corrientes y molientes. Con azulejo blanco, sanitarios corridos y un par de lavabos. Pero su idea de convertirlos en un lugar de esparcimiento bajo el subsuelo se encontró pronto la negativa de los vecinos, que dudaban de la salubridad del proyecto.
Para salvarlo, regresó a la idea original del espacio. Permitir a los transeúntes que no fueran clientes acceder a los baños que, obviamente, tiene el bar. El Ayuntamiento de New Kentish Town aprobó la idea y el ‘Ladies and Gentleman’, que así se llama, abrió sus puertas.
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