La idea de Hot Tub Cinema, que desde el 2012 ofrece divertidas sesiones de cine en Londres, ya llegó también a la ciudad inglesa de Bristol y a Nueva York, en los Estados Unidos.
La experiencia es muy diferente a la de un cine común, ya que en lugar de reservar asiento, los usuarios reservan un espacio en una de las 30 bañeras de agua caliente que son compartidas por grupos de hasta 8 personas en un ambiente que se asemeja más a una gran fiesta en la piscina. La película no es la gran protagonista de casa sesión, ya que en el Hot Tub Cinema los espectadores pueden hablar alto, reír e incluso tomarse algunas cervezas.
Los ingresos a cada película cuestan unas 35 libras esterlinas (unos $700 pesos mexicanos, en plena devaluación) y generalmente se agotan rápido. Una vez que la película termina, un DJ pone ambiente al lugar y empieza la verdadera fiesta.
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