Entre lágrimas y oraciones de los fieles seguidores zulianos, el féretro con los restos de la hermana Francisca llegó a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, donde serán velados en capilla ardiente por 24 horas, informa Panorama.
Según informó Jesús Reyes Borjas, representante de prensa de la Casa de la Misericordia, cada hora habrá una misa en el templo mariano.
Para este primero de enero, a las 9:00 de la mañana, se tiene previsto una eucaristía especial que organizan los alumnos, padres y representantes de la Unidad Educativa La Presentación, plantel que regentan las hermanas de la congregación.
José Enrique Valera, vicario parroquial del Sagrado Corazón de Jesús, ofició la primera misa en homenaje a la religiosa.
Aura Robles, del sector Indio Mara, dijo sentirse dolida pero a la vez tranquila, pues asegura que la hermana desde los cielos seguirá sanando y orando por este pueblo que le dio cobijo.
“La hermana es una santa, y los zulianos le vamos a estar eternamente agradecidos por todo el amor que nos brindó”, dijo. En un ataúd blanco, con rosas rojas y blancas arriba salió desde la Casa de la Misericordia donde se realizó una misa privada.
Ya para las 11:30 de la mañana de este jueves se oficiará la última misa y, en cortejo fúnebre, el cuerpo de la hermana será trasladado hasta el cementerio San José, donde le darán cristiana sepultura.
Temprano, este miércoles, los voluntarios de la Casa de la Misericordia y las hermanas de la Presentación oficiaron una misa privada en el recinto espiritual, donde vivía Ana Josefa Tobón Arveláez, su nombre de pila, quien por 40 años, brindó oraciones en Maracaibo.
La partida física de la religiosa fue a las 10:45 de la noche a causa de un paro cardíaco.
La hermana Francisca de Los Ángeles fue fundadora de la Casa de la Misericordia (1991), y ha colaborado en la sanación física y espiritual de muchas personas, a través de la fe y la oración.
Ana Josefa Tobón Arbeláez, mejor conocida como la Hermana Francisca, nació en Carmen de Viboral, en Colombia, el 16 de febrero de 1916 e ingresó a la Congregación de las Dominicas de la Presentación a los 18 años.
Desde que arribó a Maracaibo en 1975 entregó su vida a ayudar a quienes más lo necesitan, cumpliendo el precepto evangélico: “Lo que hiciste con uno de estos pequeños, conmigo lo hiciste”.