Feliz año. Fue el último deseo que manifestaron una mujer y seis hombres -tras despedir el año 2014- a sus parientes y amigos poco antes de que los mataran en la zona norte del estado Anzoátegui, publica El Tiempo.
Por paradoja, la celebración del inicio de 2015 terminó en tragedia para unas familias que entre las 3:00 y 11:00 am de ayer, plenaron el estacionamiento de la morgue hospital Luis Razetti de Barcelona.
Después de las 12 campanadas, el ama de casa Liliana Ordosgoitti Muñoz, de 37 años, salió de su casa para compartir con parientes y amigos en la calle Altamira del barrio La Delicias de Puerto La Cruz.
La mujer, al parecer bailaba con su novio en el porche de una vivienda, cuando fue herida en el abdomen.
Unos vecinos indicaron que Ordosgoitti fue alcanzada por uno de los disparos que intercambiaban presuntamente, miembros de las bandas de “coniño” y “los plaza”.
Otra versión indica que la balearon desde una camioneta en marcha; una Hyundai Tucson, color blanco.
Los familiares trasladaron a Ordosgoitti a la Clínica Popular Jesús de Nazareth. De allí fue remitida sin vida, a las 9:20 am a la morgue del Razetti.
El estudiante José Chávez manifestó que su prima Liliana dejó dos hijos de 18 y 9 años. Dijo que ignoraba los detalles del crimen.
El oficial de la Policía del estado Anzoátegui (Polianzoátegui) Willkins Alexander Tovar, de 25 años, fue ultimado de seis tiros repartidos en la frente, cuello, la clavícula y el pecho, en la calle Machetazo de El Caliche, del sector portocruzano Molorca.
En este crimen presuntamente participaron unos sujetos apodados “chaly”, “duglita” y “el negro”.
Parientes que se abstuvieron de identificarse, señalaron que Tovar fue a buscar a su hermano, el obrero de la construcción Manuel Romero, de 34 años, a quien llaman cariñosamente “lito”, quien compartía con unos amigos a media cuadra de su vivienda.
“Tres individuos, sin mediar palabra alguna, hirieron en el tórax a “lito” y mataron a Willkins, a quien le robaron su arma de reglamento”.
Los ciudadanos indicaron que durante el tiroteo, uno de los supuestos agresores, José Lárez, de 21 años, sufrió una herida de bala en la pierna izquierda,
Ambos lesionados están recluidos en el Razetti.
El oficial tenía seis años de servicio en Polianzoátegui. Estaba adscrito al Centro de Coordinación Policial (CCP) del municipio Sotillo.
Al tecnólogo mecánico Ronny González Pérez, quien fue cristiano durante 14 de sus 36 años, lo asesinaron de un disparo en la cabeza, a tres calles de su residencia, entre las vías Páez y Venezuela del barrio Valle Lindo.
El profesional iba en un carro a buscar a un familiar cuando le disparó un sujeto que, aún sin identificar, que iba en una camioneta.
Un pariente dijo que a González lo liquidaron para robarlo, pero otro estimó que lo confundieron con otro hombre.
En la misma barrida, pero en la calle Andrés Eloy Blanco, fue muerto Hermes Borneyker Lemos Velásquez, de 35 años.
El cadáver fue ingresado a las 10:00 am de ayer en el anfiteatro forense. Los expertos le apreciaron seis orificios de bala distribuidas en el tórax, cadera, nalga y pie izquierdo.
Dos primos
El vendedor de cervezas Dixon Orlando Maricuto, de 20 años, fue ultimado a tiros luego de asistir a una fiesta de fin de año que se prolongó hasta el amanecer, en la avenida Cumanagoto, sector Pica de Maurica de Barcelona.
Y su primo, Renzo Maricuto Leal ( 28 años), quien era ayudante de camionero de una empresa de hielo, fue asesinado en la calle Carabobo del barrio contiguo Brisas del Mar..
El trabajador de una pollera, Eudys Velásquez, de 25 años, fue muerto de un disparo en la cabeza, a las 2:30 am de ayer, a 250 metros de su casa, en la calle La Línea de la barriada El Esfuerzo, en límites con el sector El Chispero.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) comenzaron a interrogar a los testigos. Prosiguen con las pesquisas para esclarecer los siete homicidios.
Desesperanza
“Andamos vivos, y estamos muertos, sin derecho a quejarnos por- que nadie hace nada”. Es la opinión de Irama Bravo, dueña de la pollera en la que laboraba su sobrino Eudys Velásquez Carpio, una de las ocho personas asesinadas en las primeras horas de 2015.
“Para cerrar 2014, y el comienzo de este año, la delincuencia se botó el doble. ¿La justicia? Será la divina” expresó la señora.