Un equipo internacional de investigadores liderado por Joao Pedro de Magalhaes, de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), acaba de publicar el genoma completo de las ballenas boreales, animales que parecen casi inmunes al envejecimiento y el cáncer.
El trabajo, publicado hoy en la revista Cell Reports, servirá a la comunidad científica para estudiar los mecanismos de resistencia a las enfermedades de estas ballenas y de su longevidad, ya que llegan a vivir más de 200 años.
En el estudio participó el departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, en el norte de España, dedicado al estudio del envejecimiento, las enfermedades hereditarias y el cáncer.
En el envejecimiento y el cáncer están implicados multitud de factores, “desde características heredables hasta daños debidos al ambiente”, declaró a Efe Víctor Quesada, coautor del estudio.
“El genoma de un organismo describe todas sus características heredables, antes de que se vean influidas por el ambiente”, por eso, al estudiar el de la ballena boreal, “buscamos las claves heredables” de su extrema longevidad y de su resistencia al cáncer.
No obstante, advierte Quesada, “la complejidad de la información que guarda el genoma hace que cualquier conclusión deba ser revisada experimentalmente, pero esperamos que esta información guíe futuros trabajos sobre envejecimiento y cáncer al examinar ambos procesos desde el punto de vista evolutivo”.
Durante el análisis del genoma de la ballena boreal, los investigadores observaron algunas características que podrían estar relacionadas con la longevidad de las ballenas y su baja propensión al cáncer, como que este cetáceo posee dos copias del gen PCNA, encargado de reparar los daños en el genoma.
“Esta característica puede afectar a cáncer y envejecimiento a la vez, ya que ambos procesos conllevan daños genómicos pero también hemos notado cambios que afectan a genes de proteasas de las familias CPA y DUB, que podrían estar involucrados específicamente en protección frente al cáncer y al envejecimiento”, dijo el científico español.
Esta información, explica Quesada, “nos permite realizar hipótesis concretas sobre estos genes que nos pueden llevar a entender mejor estos procesos”.
La conclusión principal es que este pequeño grupo de genes diferenciales puede contener claves importantes para entender el envejecimiento y el cáncer y la relación entre ambos procesos, una aproximación “importante” para “nuestro equipo porque nos permite analizar el problema desde un punto de vista distinto y complementario al de otros trabajos”, puntualizó. EFE