El Papa Francisco visitó el miércoles un templo budista en Sri Lanka, en un sorpresivo acto que tuvo lugar poco después de canonizar al primer santo de Sri Lanka en una misa celebrada en Colombo, frente al mar, para más de medio millón de personas, reseña Reuter.
Francisco se convirtió en el segundo Papa en visitar un templo budista, luego de que Juan Pablo II hiciera lo mismo en un viaje a Tailandia en 1984.
El portavoz del Vaticano, el Padre Federico Lombardi, dijo que el Papa hizo una visita corta al templo Mahabodhi en Colombo, donde se reunió con Banagila Upatissa, un líder budista que lo había invitado al lugar en un encuentro interreligioso que tuvo lugar el martes.
“El Papa escuchó con gran respeto” mientras los monjes cantaban y oraban, destacó Lombardi, quien agregó que en honor al visitante, los religiosos abrieron un recipiente que contiene reliquias a las que usualmente se accede una vez al año.
Lombardi sostuvo que durante la visita de 20 minutos, que no estaba en la agenda, Francisco escuchó con atención mientras los monjes le explicaban aspectos de la religión en una habitación con una estatua de Buda.
Francisco, que ha hecho del diálogo interreligioso un aspecto principal de su papado, ya había visitado mezquitas en sus viajes a Estambul y Jerusalén.
CANONIZACIÓN
En el acto de canonización, Francisco calificó al misionero del siglo XVII Joseph Vaz como un modelo de reconciliación tras la reciente guerra civil sufrida por el país.
El pontífice, que se mostró cansado el martes tras comenzar su viaje bajo un sol ardiente, parecía relajado junto a un hermoso fondo de olas, mientras contaba a la multitud que Vaz era un ejemplo de tolerancia religiosa relevante para la Sri Lanka de hoy día.
“San Joseph nos muestra la importancia de trascender las divisiones religiosas al servicio de la paz”, dijo en su homilía, dedicada a una nación que se recupera aún de una larga guerra entre los cingaleses, de mayoría budista, y los tamiles hindúes.
Vaz, que fue capturado como supuesto espía tras entrar disfrazado en la isla tropical, nació en 1651 en la ciudad india de Goa, entonces una colonia portuguesa.
Viajó al sur a los 36 años, vestido como un mendigo, en un país dividido entonces entre reinos y colonias europeas, tras oir sobre la persecución de los católicos por los holandeses. Trabajó durante años bajo la protección de un rey budista.
El lunes, Francisco pidió al país de mayoría budista que descubra la verdad sobre su sangrienta guerra civil, que concluyó en 2009 cuando el Ejército aplastó a los rebeldes tamiles, dejando atrás decenas de miles de civiles muertos.
La visita de Francisco, la primera de un Papa en 20 años, se unió a la sensación de que se está abriendo un nuevo capítulo en la isla, cuyos habitantes sacaron del poder a los líderes de tiempos de la guerra en unas elecciones la semana pasada.
Francisco, que habló despacio en inglés, dijo que los cristianos deben seguir el ejemplo de Vaz para construir la paz, la justicia y la reconciliación.
Los católicos conforman cerca del 7 por ciento de los 20 millones de habitantes de Sri Lanka, mientras que los budistas representan diez veces más esa cifra.
“Necesitamos gente como él para asegurar la paz y la armonía en este país”, dijo una mujer que se identificó como Fathima, que lucía un vestido tradicional musulmán, al referirse al Papa Francisco.
Cerca del 10 por ciento de la población es musulmana.
Antes, Francisco se bajó de su papamóvil para saludar a la gente, colocando sus manos sobre las cabezas de los niños.
Francisco irá el jueves a Filipinas como parte de una gira de una semana, en su segundo viaje a Asia para respaldar la presencia de la Iglesia en las naciones en desarrollo.