Una gran cantidad de mujeres toman antidepresivos durante el embarazo, y aunque los riesgos para ellas están muy estudiados, se sabe muy poco sobre cómo afecta la exposición temprana de estos medicamentos en los niños.
Los resultados arrojaron datos novedosos y muy curiosos. Los ratones tratados con Lexapro presentaron cambios permanentes en los neurotransmisores de serotonina y menos niveles de ansiedad de adultos que los que fueron tratados con Prozac.
Estos datos ponen de manifiesto que aunque haya medicamentos diferentes para tratar una misma dolencia, no siempre tienen ambos los mismos efectos a largo plazo en el feto.
Anne Andrews, investigadora principal del estudio señala que “las implicaciones de estos hallazgos requieren investigaciones adicionales que permitan identificar antidepresivos específicos que sean más seguros para las embarazadas”.
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