No queremos ni imaginarnos las caras de los líderes de los países visitados por Maduro en su fantasiosa gira diplomática-recreacional en busca de reales prestados para tratar de sacar del país del atolladero económico en el que él y sus camaradas lo han metido, a causa de una “gestión” botarata, cuyas consecuencias están hoy a la vista no solo de los venezolanos sino de todo el mundo.
¿Se imaginan, amigos lectores, las caras del gobierno y pueblo de Qatar, ante la propuesta de nuestro flamante Presidente de ayudarlos a rellenar los anaqueles de sus mercados con productos elaborados en la potencia venezolana que, aun en la peladera en la que nos encontramos, promete el ingenuo jefe de Estado? Y, siguiendo en la misma onda, no nos extrañaría que también los hubiera invitado a venir al país y darse un chapuzón en las limpias aguas de nuestro río Guaire, en compañía de la hoy ministra de Información, Jacquelín Faría.
¿Y qué de los jefes de gobierno de Arabia Saudita que, en la más reciente conferencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, le restregaron en la cara a Rafael Ramírez, que todo se venía venir y que ellos, por su parte, tomaron sus previsiones? De acuerdo con lo que ha trascendido sobre la petición de apoyo a ese país, hoy también afectado por la disminución de los precios petroleros, su representante en la Opep le informó al canciller provisional y ahora, al parecer, se lo repitieron a nuestra nutrida delegación al reino saudí, que no podía considerarse como una sorpresa la situación que hoy se plantea en el mercado de los crudos, por lo que ellos en el tiempo de las vacas gordas ahorraron 300 mil millones de dólares con los que ahora pueden soportar esta y cualquier otra crisis del mismo tipo.
Esta, como todas gestiones emprendidas por la gente del régimen que sufrimos, resultan de muy difícil comprensión para quienes nos alineamos en posiciones políticas opuestas a quienes hoy nos gobiernan. Pues, aparte de lo sorpresivo de la gira, de acuerdo con las versiones que surgen desde distintas fuentes y principalmente gubernamentales, Maduro iba a China en busca de préstamos de entre 5 mil y 20 mil millones de dólares, que no lograron conseguir.
Y qué decir del retorno del presidente y su comitiva a Rusia, para buscar una solidaridad que no entendemos como se materializará, tomando en cuenta que se trata de otro país, tan afectado como Venezuela, porque real no hay por esos lados; a menos que lo que se busque en el país de Putin sean armas, que es lo que pueden ofrecer, con el agravante que no es costumbre de los rusos entregar armamento “fiado”.
Ante este dantesco cuadro, cualquiera se preguntaría, ¿acaso no sería menos indigno y vergonzoso para un país reclamarle la devolución y cobro a quienes nos deben?
Sabemos, por fuentes del mismo chavismo, que unos señores, entre ellos allegados al entorno del hasta hace poco presidente de Cadivi, obtuvieron divisas por alrededor de 30 mil millones de dólares para supuestas compras en el exterior, y cuyo caso nunca fue aclarado; y qué decir de los regalos y precios petroleros, fiados, a países amigos, que pese a que hacen fabulosos negocios con su reventa no le pagan a Venezuela lo poco que les cobran. Y de esto no se ha hablado, no hemos escuchado a ningún país de los que les hemos sacado las “patas del barro” en su momento, decir que ahora les toca a ellos auxiliar al pobre país ex rico.
Una verdadera tragicomedia, que si no fuera por los tremendos daños que le están causando al país, diríamos que es muy divertida. Pero afortunadamente los venezolanos no estamos tan despistado como Maduro y su gente prefieren hacer creer; cualquier venezolano medianamente informado, independiente de su posición política, está hoy consciente de lo que está pasando; que de la fabulosa masa monetarias, estimada en más de 100.000 millones de dólares anuales durante los últimos 15 años, hoy no queda nada en las arcas del Estado, que según se pronostica se verá en aprietos solo para cancelar la nómina pública; que los anaqueles en todas las áreas del comercio se encuentran vacías por las erradas políticas en materia de suministro de divisas y la desinversión en el plantel industrial del país, promovidas por el régimen durante los últimos años; además de un gasto suntuoso, despilfarrador y corrupto, que determinan la quiebra que hoy soporta la nación.
Por eso, no entendemos que hoy pretenda el presidente exhibir nuestras miserias ante un mundo y un país que está perfectamente claro de lo que está pasando, y por lo que en buen venezolano le diremos: ¡ya basta. No nos las seguiremos calando!
Twitter: @JJMorenoA