Los venezolanos iniciaron el 2015 con retos, complicaciones y hasta podría decir uno aventuras inesperadas en el afán sobrevivir en la Venezuela de la Revolución Bolivariana. En el sector oficialista, la ceguera causada por el hambre de poder que padecen los jerarcas de la tolda roja hace improbable una salida a corto plazo de la grave crisis económica que golpea al pueblo venezolano. Crisis económica, por cierto, consecuencia de una serie de medidas y políticas implementadas por el gobierno de Chávez y continuadas por Maduro, con la bendición mágica de los precios del petróleo. Actualmente, sin esa bendición y amparo, Nicolás busca desesperadamente culpar la oposición, tildándola de conspirar una guerra económica aliada con los intereses de los imperios burgueses y oligarquías neoliberales
Después de más de década y media de la Revolución bolivariana en el poder, el pueblo venezolano ya no come cuento sobre los errores de la cuarta, y precisamente son en las clases populares donde el descontento se ve cada día más generalizado. No hay sector de la población venezolana que sufra más los estragos del mal manejo económico del gobierno que los más desfavorecidos. Si bien es cierto el gobierno logró implementar programas sociales que causaron gran impacto en la base de la población, el desplome de los precios del petróleo hace difícil mantener el apoyo a un régimen que ya no tiene como ofrecer sus programas sociales al pueblo, como diría el refrán popular, “amor con hambre no dura”.
La alternativa democrática venezolana tiene un gran reto, con una oportunidad de oro para cambiar definitivamente el rumbo de nuestra Nación. El reto es saber canalizar el descontento nacional y convertirlo en acción popular y organizada para movilizar a la población de cara a las próximas elecciones parlamentarias que deben realizarse este año. El pueblo exige a la oposición seriedad en el asunto, dejar a un lado rencillas y agendas personales para concretar un clamor que cada vez toma más fuerza en el sentir popular: cambiar el rumbo de nuestro país. La oposición venezolana debe dejar atrás la filosofía de crecer en base a los desaciertos del régimen e ir mucho más allá, el pueblo quiere soluciones, quiere propuestas, quiere acciones en concreto y acompañamiento en sus necesidades primordiales.
Venezuela cambiará su propio destino y serán los venezolanos demócratas los protagonistas de ese cambio popular. Existen quienes pretenden con agendas oscuras entorpecer grandes esfuerzos y desviar la ruta democrática. La oposición venezolana solo ha logrado victorias en la ruta democrática, a través del voto y la participación popular, los caminos verdes y atajos sólo benefician el sistema represivo del régimen y su permanencia en el poder. La oposición debe ofrecer alternativas que se parezcan al rostro del pueblo venezolano, alternativas que conozcan su realidad, sus problemas, sus anhelos. Pero, quizás, sobre todas las cosas, el clamor del pueblo en estos momentos hacia los líderes de la oposición es retomar y ejercer una consigna que por más difícil que sea, debe transformarse en realidad: Unidad. Con unidad y calle, los venezolanos estaremos destinados a cambiar el rumbo de nuestro país.
Luis Medeiros
@LuisMedeirosUNT