Estar preso sin haber cometido ningún tipo de delito es realmente indignante. Yo lo sé, porque lo viví confinado en la Cárcel de Yare cuando este régimen me colocó detrás de las mazmorras en el calabozo 18, oprimiendo mi libertad. Esa injusticia cometida se traslada a nuestros seres queridos, especialmente a la familia, y también a quienes son nuestros verdaderos amigos, porque igualmente sufren de alguna manera, y cuando eres un “preso de conciencia” el apoyo del pueblo se convierte en la vitamina diaria para poder tener fortaleza y esperar con mucha calma la alegría de ser libre.
El día domingo 25 de enero, los ex presidentes Andrés Pastrana de Colombia y Sebastián Piñera de Chile, junto a los padres y esposa de Leopoldo López, en compañía de diputados a la Asamblea Nacional, el acalde Metropolitano de Caracas Antonio Ledezma y su esposa Mitzy, al igual que muchos amigos, nos trasladamos a la Cárcel de Ramo Verde para visitar a nuestros hermanos de lucha democrática que se encuentran recluidos injustamente en este centro penitenciario.
Día de visita, día de espera anhelada por ellos para recibir el abrazo sincero de quienes los quieren y los respetan. Fue imposible la entrada, fue indignante abusiva, injusta, desgraciada, esta decisión viola los más elementales derechos humanos de quienes están en estas cárceles por el simple hecho de haber levantado su voz por lo mal que está nuestro país y por defender los valores y principios de la democracia.
¿Por qué acusar de intromisión a los ex presidentes Pastrana, Piñera y Calderón?, no hay razón de ella. Estos ciudadanos son ejemplo de demócratas cabales que no vinieron a nuestra patria a interferir en nuestros asuntos que solo y únicamente seremos todos los venezolanos unidos quienes salgamos en defensa de nuestro país para el rescate de nuestra nación, nuestros problemas los solucionaremos en paz, ajustado a los postulados consagrados en la Carta Magna, pero lo que sí hicieron fue utilizar su voz para algo que no tiene fronteras, la defensa de los hombres que luchan por el bienestar de su país, por la libertad, por sus conciudadanos, por el desposeído, por el sometido, por el violentado, a eso vinieron y por eso lo acompañamos con nuestra frente en alto.
Quienes dirigen a mala hora los destinos de Venezuela desde el Palacio de Misia Jacinta se equivocaron una vez más, esta vez no solo con sus compatriotas presos políticos sino con tres voces importantes de diferentes países hermanos que se convertirán ahora más que nunca por su gran torpeza en multiplicadores válidos de la injustica, reiterada y continuada de quienes ostentan el poder para silenciar a nuestro pueblo. Les ha salido el tiro por la culata, es un gran búmeran lo que produjeron.
Un día en la cárcel es una semana, una semana es un mes, un mes es un año, el tiempo pasa muy lento, y cualquier preso anhela la libertad, haya o no cometido un delito, la diferencia estriba en quien no ha cometido delito alguno, como los presos políticos. Es la fortaleza del alma, es la resistencia que se hace más grande porque hay un valor mayor: la patria, es el sobrepasar escollos con la fortaleza que nos dan los movimientos de calle. Es decir, hay razones para seguir viviendo y esperar el día de la libertad, así la batalla sea larga, porque al final siempre valdrá la pena entregar la vida si es necesario, por el sublime respeto a Venezuela.
Concluyo con una frase de un gran hombre, Nélson Mandela: “Aprendí que el coraje no era la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista”. Sigamos juntos unidos hasta conquistar la victoria.
Richard Blanco
Diputado por Caracas a la Asamblea Nacional
Ex preso político
Twitter: @RichardBlancoof