El Súper Bowl, básicamente, es el juego que consagra al campeón de la NFL.
Pero trasciende el deporte desde que se disputó por primera vez en 1967.
El domingo del Súper Bowl se ha convertido en un feriado extraoficial en Estados Unidos, un día en que familiares y amigos se reúnen para presenciar el encuentro, los avisos comerciales originales y los actos musicales exuberantes en el entretiempo.
El juego y las dos semanas previas de fiestas y expectativas han convertido el Súper Bowl en un espectáculo que rivaliza en este país con la resonancia de los Juegos Olímpicos o la Copa Mundial, una boda real o un cónclave papal, los Oscar o los Grammy.
Un panorama de lo que hace tan especial el Súper Bowl:
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PARTE DE LA TRAMA
El béisbol es reconocido como el deporte nacional de Estados Unidos, pero el fútbol americano es parte ineludible de su entramado social.
El ascenso de la NFL se produjo al mismo tiempo que el de la televisión y se convirtió en un negocio de 9.000 millones de dólares. La temporada de la NFL tiene mucho menos juegos que los de otros deportes populares —16 en comparación de los 162 del béisbol_, lo que proyecta cada partido como un acontecimiento deportivo.
Pero una vez que la temporada culmina en el Súper Bowl, muchos de los aficionados no tienen la oportunidad de asistir. Los precios de las entradas comienzan en 800 dólares para este año y son acaparados por corporaciones, lo que crea un ambiente de aficionados que asisten al partido para aprovechar la hospitalidad corporativa más que para alentar a un equipo.
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DÓNDE SE DISPUTA
Las ciudades se disputan el derecho a presentar el Súper Bowl y muchas aprovechan el acontecimiento para interesar al público a construir un nuevo estadio y para recibir ingresos.
El escenario del juego rota cada año, por lo general a una sede con clima cálido o con estadio techado.
El año pasado se jugó sin embargo en el estadio que comparten los Jets de Nueva York y los Giants en East Rutherford, Nueva Jersey —el primer juego al aire libre en una ciudad de clima frío— y en el futuro se jugarán en San Francisco, Houston y Minneapolis.
El estadio Phoenix, de la Universidad de Arizona, sede del encuentro de este año, tiene un techo retractable y un terreno desplazable que permite que el césped reciba luz solar.
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AUDIENCIA TELEVISIVA
El Súper Bowl es uno de los acontecimientos deportivos más presenciados en el mundo y por lo general atrae a más de 80 millones de espectadores en Estados Unidos desde 1990. En cada uno de los cinco años últimos ha superado los 100 millones, con un récord de 111,5 millones el año pasado cuando Seattle venció a Denver.
Otros millones presencian el juego en el resto del mundo.
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LOS AVISOS COMERCIALES
Los avisos comerciales televisivos del Súper Bowl se han convertido en parte del espectáculo y atraen a espectadores que no son fanáticos del deporte y que de otro modo no presenciarían el juego.
La tendencia a crear avisos que dieran de qué hablar comenzó en 1984, cuando Apple presentó un anuncio memorable de un minuto basado en la influyente novela “1984” de George Orwell. Desde entonces, han incluido animales personalizados, bebés, súper modelos, purasangres, humor absurdo e impactos emocionales.
¿Cuánto cuesta presentar un comercial de 30 segundos este año? Cuatro millones y medio de dólares.
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APUESTAS
Según la Asociación Estadounidense de Juegos de Azar, este año en Estados Unidos correrán apuestas ilegales por 3.800 millones de dólares sobre el Súper Bowl. Los registros deportivos de Nevada incluyeron 19,7 millones de dólares en apuestas legales en torno al juego del año pasado.
El Súper Bowl también ofrece apuestas de lo más extravagantes.
Este año se podrá apostar sobre el color de la bebida Gatorade con que, según la tradición, se empapa al técnico ganador; cuánto tiempo le tomará a Idina Menzel entonar el himno nacional; si el coach de los Patriots Bill Belichick sonreirá ante las cámaras durante el juego, y el color del cabello de la estrella del pop Katy Perry en su actuación del entretiempo.
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EL ESPECTÁCULO ARTÍSTICO
El espectáculo del entretiempo se ha convertido en un plato imprescindible en el banquete del Súper Bowl y no un mero bocadillo.
Este año presentará a Perry y al guitarrista de rock Lenny Kravitz, prolongando la tradición de artistas de renombre que ha incluido a Bruce Springsteen, The Who, Prince, Madonna y Bruno Mars, además de Red Hot Chili Peppers el año pasado.
Y por supuesto todos recuerdan el pezón que mostró Janet Jackson cuando actuaba junto a Justin Timberlake en 2004.
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EL DÍA DE LA PRENSA
Establecido originalmente para que los miembros de la prensa tuvieran acceso a todos los jugadores de ambos equipos, el Día de la Prensa ha pasado a ser un acontecimiento de por sí, un espectáculo desbordante de preguntas a veces extravagantes y de maniobras para llamar la atención.
En 2008, una periodista de TV Azteca, de México, lució un traje de novia y le pidió a Tom Brady, de Nueva Inglaterra, que la llevara al altar. Otra vez un reportero se presentó con un perrito de Troy Polamalu, de Pittsburgh, y dijo que era su hijo.
Miles de periodistas asisten a la jornada y los aficionados pueden comprar entradas para disfrutar del espectáculo por $28.50.
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LAS FIESTAS
Aparte de los Oscar y los Grammy, quizás no haya una mayor ocasión para fiestas con celebridades que las que brinda el Súper Bowl.
Las fiestas que preceden el gran juego suelen desbordar de celebridades y las de este año incluyen las de DirecTv Saturday Night con Rihanna, Playboy con Nelly y Drake en Bootsy Bellows’ Pop Up. También actuarán en el área de Phoenix Snoop Dogg, Imagine Dragons, Enrique Iglesias con Pitbull y Zac Brown Band.
Millones de espectadores también se reunirán en sus hogares en todo el país para presenciar el juego en familia y amistad.
Por JOHN MARSHALL, Associated Press